Un almeriense descubre que no es el padre de su hijo tras 27 años pagándole

El hombre, de 80 años, acudió a hacerse la prueba de paternidad tras una confesión

Imagen de José Gutiérrez en el despacho de su abogado José Luis Martínez.
Imagen de José Gutiérrez en el despacho de su abogado José Luis Martínez. La Voz
Víctor Navarro
22:59 • 14 jun. 2024

En el marco de un juicio, un hombre octogenario se vio confrontado con una revelación de impacto: la persona quien había creído durante años ser su descendiente biológico, no compartía su paternidad genética. Esta sorprendente verdad emergió durante la presentación de pruebas de ADN.



El caso  ocurría en el Juzgado de Primera Instancia Nº6 de Almería, cuando José Gutiérrez, de 80 años y natural de El Ejido y afincado en Garrucha, acudía a sala, acompañado por su abogado José Luis Martínez, con un informe emitido por el Instituto Nacional de Toxicología, donde los resultados concluían en una incompatibilidad genética para una relación paterno filial, con su supuesto hijo de veintisiete años, a quien estaba pagando una pensión alimenticia.



Hasta donde Gutiérrez sabía, habría concebido a su supuesto hijo en 1.997  por medio de una relación extramatrimonial, cuando nació el pequeño, el ejidense reconoció al neonato, dándole su nombre y siendo inscrito éste en el registro. La relación paterno filial no se cimentaría ya que José perdería la pista al que pensaba que era su hijo a los tres años, volviéndose a reencontrar ambos cuando el menor contaba con 16 años. Momento en el que empezaba un vaivén de procesos judiciales.



José Gutiérrez, que llegó ser condenado por impago de pensión pagaba una pensión alimenticia de 300€ mensuales a su hijo, montante que estuvo pagando hasta el pasado mes de mayo.



Pasaron los años y José Gutiérrez pensaba que tenía un hijo en Almería, hasta 2017, año en el que la hermana de la madre del supuesto hijo, confesaría a Gutiérrez que el vástago no era suyo, después de que está hubiera sido condenado por impago de la manutención. Es en este momento en el que José inicia una lucha para conocer la verdad. Según relata Gutiérrez, el físico de esta prole no se correspondía con el suyo. “Parecía alemán, o inglés, pero no a mí”, explica el hombre.



Las ansias de demandas que quería presentar este hombre parecían caer en saco roto hasta que el abogado José Luis Martínez se hizo cargo del caso. Juntos, ante la confesión realizada por la tía de su presunto hijo, solicitaron una suspensión del juicio para que Gutiérrez se pudiera someter a una prueba de paternidad ante el Instituto Nacional de Toxicología, unos resultados que causaron a José gastos superiores a 700€ y un año de demora hasta la obtención de los resultados emitidos en 2022.



"Vivió engañado"



Anteriormente a la increíble revelación, el abogado de Gutiérrez solicitó al tribunal un interrogatorio con la parte demandada, y llamó a sala al presunto hijo de José, el cual no compareció. Al no tener otra oportunidad de testimonio, ya que la mujer que alumbró al hijo de José falleció hace algunos meses, y la incomparecencia de éste ante el tribunal, el juez dio por aceptado los hechos.


“Mi cliente vivió engañado” explica Martínez que estructuró su demanda de acuerdo con el artículo 136.2 del Código del Civil “Si el marido, pese a conocer el hecho del nacimiento de quien ha sido inscrito como hijo suyo, desconociera su falta de paternidad biológica, el cómputo del plazo de un año comenzará a contar desde que tuviera tal conocimiento.


A tenor de la contundencia de la prueba aportada por Gutiérrez y Martínez en el Juzgado de Primera Instancia Nº6 de Almería, la Fiscalía se ha adherido a la demanda presentada por el hombre. El juicio ha quedado visto para sentencia, y tanto el demandante, como su letrado están satisfechos por la posible resolución judicial.


Una posible estafa sin culpable

Para Gutiérrez, alcanzar "la verdad antes de morirse" se convirtió en una obsesión silenciosa, una necesidad imperiosa que lo llevó a buscar la ayuda del abogado José Luis Martínez. El abogado, consciente del deseo ferviente de Gutiérrez por conocer la verdad, pero no le pudo garantizar a su cliente un reembolso de la manutención.


La particularidad de su caso reside en la complejidad de establecer una posible estafa, ya que no existe un culpable al cual demandar. Esto se debe a que la madre del presunto hijo había fallecido recientemente y no se puede pedir una responsabilidad del engaño paterno filial.


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