Las ‘cuatro’ vidas del edificio de Correos

En 2013, tras dos años de cierre, se acuerda que este espacio se destine a una zona residencial

Imagen de archivo de los últimos días de demolición del edificio central de Correos
Imagen de archivo de los últimos días de demolición del edificio central de Correos Juan Sánchez
Lola González
22:10 • 14 may. 2024

No sabía el que cerró la puerta por última vez del edificio que fue la sede central de la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos en Almería allá por 2011 lo mucho que le quedaba por ‘vivir’ a este espacio, y no precisamente porque volviera a tener uso. Y es que desde entonces son muchas las vueltas que se han dado para lo que será un espacio público de la ciudad, según anunció la alcaldesa de Almería, María del Mar Vázquez, el pasado viernes.



La primera intención que tuvo Correos fue aprovechar que el suelo, en pleno centro de la ciudad, era suyo y pensó en sacarle beneficio desarrollando allí un edificio de viviendas. Todo se fraguó en 2013 con un acuerdo refrendado por el pleno y gestado por el entonces concejal de Urbanismo, Pablo Venzal, con la sociedad estatal en el que se permitiría el cambio de uso de ese suelo dotacional a suelo urbano no consolidado permitiendo la realización de viviendas y dejando un 15 por ciento del suelo para el propio Ayuntamiento. Estaría la primera vida de Correos: un edificio de viviendas.



Con esto sobre la mesa, allá por 2015 el entonces recién nombrado concejal de Urbanismo, Ramón Fernández-Pacheco, se fue de la mano del portavoz de Ciudadanos -y por entonces socio aunque desde fuera del Gobierno- Miguel Cazorla, a Madrid a visitar a los representantes de la Sociedad Estatal de Correos.



En ese encuentro se habló del convenio firmado y de la posibilidad de establecer en una de las plantas una biblioteca. Hubo sintonía y durante un tiempo parecía que ahí estaba la segunda vida del edificio: biblioteca con viviendas.



Pero la situación no se dio. Y es que este convenio urbanístico para cambiar el uso de este suelo, como pasó con el que iba a traer El Cortes Inglés a La Salle o un hotel a la Compañía de María, tenían que refrendarse con el nuevo Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) y la Junta de Andalucía lo tumbó definitivamente. Después, el Ayuntamiento se vio obligado a adaptar el que tenían a la LOUA y en él, la parcela siguió siendo equipamiento, por lo tanto, lo de hacer viviendas se esfumó.



La compra
Viendo que iban a sacar poco beneficio, y en plenas conversaciones con el Ayuntamiento, Correos saca a subasta  el inmueble en 2020 por 1.756.500 euros. Nadie lo compra, posiblemente porque poco se podía hacer allí, y es cuando arranca un proceso de venta libre en el que la administración local negocia con ellos y lo acaba comprando en 2021 sin tener una idea clara de su uso.



Será en 2022 cuando en una rueda de prensa en la Delegación de Gobierno de la Junta de Andalucía, la entonces consejera de Agricultura, Carmen Crespo, anunciara que tras un acuerdo con el Ayuntamiento (el segundo sobre este espacio), allí se iba a instalar el Polo de Innovación Agrícola o Smart Green Cube. Fue una sorpresa para muchos ya que era llevar el campo al centro de la ciudad. Era la tercera vida de este inmueble.



Proyecto
Se cedió la titularidad, aunque lo de demoler el inmueble le tocaba al Ayuntamiento. La Junta hizo su proyecto, y mientras caían los últimos muros de aquel lugar en el que hicimos cola para mandar paquetes, bajo la atenta mirada de los almerienses deseosos de mantener la amplitud de esa nueva ‘plaza’, llegó la Comisión de Provincial de Patrimonio y dijo que “no”, que el proyecto no era adecuado de esa manera para ese entorno.


Con todo en la coctelera, Junta y Ayuntamiento buscan soluciones de urgencia. El Polo de Innovación se va al PITA y este solar se queda como “espacio público”. Pero nadie se atreve a decir exactamente qué será. Dicen que la cuarta ‘nueva’ vida del ya suelo de Correos lo determinará el Plan Estratégico del Casco Histórico, pero ¿se ejecutará?.

Pendientes del ‘apellido’ del cuarto uso

Ninguno de los tres últimos usos que se habían previsto para este espacio se han cumplido. Pareciera una maldición. Pero lo cierto es que este cuarto uso, el que debe poner apellidos de verdad al ‘espacio público’, está aún por decidir. En la calle lo que más se ha solicitado es una zona verde y una gran plaza.



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