Del cencerro a la IA: Familia de Almería entre oficios en extinción y el futuro

“Hay aplicaciones tan desarrolladas que no sabes diferenciar que es real y que virtual. Asusta“

José Marín, maestro artesano en la fabricación y afinación de cencerros.
José Marín, maestro artesano en la fabricación y afinación de cencerros. La Voz
Víctor Navarro
20:05 • 10 mar. 2024

En los rincones de nuestro tiempo existen oficios que han resistido el embate del  tiempo estoicamente, caminando de la mano de la época que les tocó vivir y marchitándose progresivamente ante el avance tecnológico. Aquellos trabajos de antes ocupan una posición más cercana a una estampa costumbrista o a un legado cultural y etnográfico de una comunidad. El tiempo pasa, y es seguro que los empleos que consideramos estandarizados a día de hoy tengan que evolucionar o queden dispuestos para una vitrina de museo. La tecnología de la Inteligencia Artificial (IA) ya ha golpeado el aldabón para presentarse en sociedad y muchos ya se están preparando para su llegada.



En en este contexto de cambios surge la historia de José Marín, y su nieto José María Martínez. Dos eslabones que personifican el hilo conductor entre oficios en peligro de extinción y los nuevos horizontes del empleo en la era post-digital.



José Marín, ya fallecido, fue el último gran maestro de los ‘cencerristas’ almerienses. A golpe martillo, Marín torneó durante 80 años el latón de los cencerros que construía y arreglaba para su ganado y el de otros colegas pastores hasta conseguir una afinación específica para cada uno de los rebaños y reses. Un “GPS de la prehistoria”, como sabiamente definiría el veterano periodista Antonio Fernández Compán. Tras su muerte, la colección de más de 100 cencerros de  badajo de Espino Negro o Palain, y de collar de cerrojillo o hebilla, que dejó como legado pasó a sus hijos y nietos como la herencia de una vida dedicada a la sierra, donde el rigor del entorno y la extrema soledad agudizaba el ingenio para mantener a los animales controlados.



“Estamos en un punto en donde la tecnología está muy por delante de las empresas. O la implementas tú o mueres”. Con mucha naturalidad José María reflexiona sobre el horizonte empresarial que puede deparar la IA. Para este físico de 25 años, desarrollador de sistemas de voz y asistentes conversacionales por IA, existe un ‘boom’ respecto a los servicios y productos desarrollados, pero “aún se requiere tiempo para que las empresas adapten sus estructuras, planificación y plantillas” de cara a un uso estandarizado.



Especialista en Big Data, el nieto del ‘cencerrista’ estima que una vez que la burbuja del desarrollo de servicios IA toque techo el avance se centrará en adaptar los productos a las empresas, para evitar pérdidas. El avance tecnológico es poderoso y trae algunos temores. “Hay aplicaciones tan desarrolladas que no sabes diferenciar que es real y que virtual. Esto da un poco de miedo. Nosotros que trabajamos y comprendemos esta tecnología, a veces nos sorprendemos. Imagina que viene detrás”.



José María explica que la UE ha creado un documento  para regular la IA. “Ahí las reglas van a cambiar, quizás por eso existe un cierto impulso para desarrollar lo máximo posible antes de que llegue ese control”. El físico almeriense opina que una regulación de la IA puede ser necesaria, siempre que no se caigan en “dogmas”.  “Si queremos mejores móviles, tenemos que darle libertad a la tecnología”.






Machine learning: la IA del cencerrista

José María compara la labor de José Marín con algunos modelos del Machine Learning (aprendizaje automatizado) que están asociados a la IA. El físico explica que el Machine Learning se sustenta en un sistema de predicciones correctas e incorrectas que te guían hasta tu predicción deseada. “De esta manera mi abuelo iba acotando lados y golpes hasta conseguir el tono que buscaba”.


“Las situaciones extremas agudizan el ingenio del ser humano”. José Marín se crio en un contexto que le obligó a fabricarse los ‘chips’ localizadores de su ganado.  “Si el no hubiera vivido en ese contexto no hubiera sido un ‘cencerrista’ tan eficaz” dice José María, José María, quien explica que, según la realidad actual, le resultaría difícil el desarrollo de este trabajo, ya que no existe una necesidad real para dedicar esfuerzo en afinar un cencerro”.


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