El ‘Dalí’ de las cocheras anda suelto por Almería

Es difícil encontrar una puerta de cochera que no haya sido profanada por un grafitero

La Voz
Eduardo de Vicente
20:02 • 10 feb. 2024

Un impresentable con sueños de artista anda suelto por las calles, o tal vez sea más de uno el que haya encontrado la inspiración imitando a Dalí sobre el lienzo de las inocentes puertas de las cocheras de la ciudad. Es difícil encontrar una puerta de cochera que no haya sido profanada por uno de estos grafiteros que empujados no sé por qué musa, tiene en pie de guerra a los propietarios de los locales. Las pintadas en cocheras son la última ocurrencia de este tipo de delincuentes que atentan contra la propiedad privada y también contra la imagen de la ciudad. Si uno se da una vuelta por el casco histórico puede comprobar el daño que están haciendo estos pintores sin brocha, estos decoradores descontrolados, que lo mismo aprovechan su raquítica inspiración para grabar un mensaje de amor con sus corazones reglamentarios, que dejan la primera frase que se les ocurre fruto de su filosofía barata inspirada en la vieja afición de “joder al prójimo” todo lo que se pueda.



Como no teníamos bastante con la fama de suciedad que arrastra nuestra ciudad, solo nos faltaba la irrupción de los grafiteros para dejarnos en evidencia delante de todo el que nos visita. Encontrarse con una pared llena de pintadas y con las cocheras sembradas de garabatos da una imagen de dejadez y tercermundismo que no se corresponde con la realidad. El problema tiene indignados a cientos de propietarios porque no encuentran una solución. Son muchos los afectados que han optado por no intervenir, por dejar la cochera manchada y no darle la oportunidad al grafitero de turno de disfrutar de un lienzo inmaculado. Se tiene la impresión de que si limpias la cochera no van a tardar en volver a pintarla. Son pocos los que confían en la actuación de la policía, en perseguir con el máximo rigor este tipo de delitos que por ahora pasan desapercibidos para los que no lo sufren.



Fachadas y monumentos



El problema de las cocheras se une al de las pintadas de toda la vida que sufren las fachadas de las calles de Almería y también sus monumentos. La anticultura que nos invade no deja a salvo ni las desvalidas estatuas de nuestros ilustres personajes. Pintarle la cara a un busto de bronce debe de ser un placer místico incomparable para los que la emprendieron a brochazos o quizá a golpes de spray con la inocente escultura del Padre Ballarín, que lleva más de medio siglo sin meterse con nadie en un rincón de la Plaza de Santo Domingo. 





Esta moda de llenar de pintura las calles supone además un coste importante para las arcas municipales. Detrás de una pintada callejera siempre aparece la figura de un empleado de la limpieza dejándose el alma y una jornada de trabajo para quitarla. Ahora disponen de unas mangueras con agua y detergente a presión y una mezcla de productos químicos que a veces funciona y consigue acabar con el grafiti, que en contadas ocasiones se borra del todo. Los barrenderos son ahora licenciados en grafitis, chicles pisados y meadas esquineras. Detrás del barrendero convencional aparece ahora el funcionario de los grafitis, con su camioneta y su correspondiente depósito de 800 litros de agua caliente mezclada con detergente. Se le puede ver todas las mañanas practicando la hidro-limpieza por los rincones más complicados de la ciudad, allí donde los vecinos no fueron a clase el día que explicaron las normas de urbanidad.






Temas relacionados

para ti

en destaque