Por qué en Almería no han calado las tractoradas del Telediario

El invernadero vive el momento álgido de la campaña hortícola y no admite distracciones

Cortes de tráfico por las protestas de ayer en la A-7 a su paso por Santa María del Aguila (El Ejido).
Cortes de tráfico por las protestas de ayer en la A-7 a su paso por Santa María del Aguila (El Ejido). Fran García
Manuel León
23:53 • 08 feb. 2024

A pesar del marcado carácter agrícola de la economía almeriense, las protestas de los profesionales del sector casi no se han dejado notar en la provincia, más allá de algunos hitos aislados en el Poniente almeriense. Ayer, una veintena de productores concentrados en el Polígono La Redonda de Santa María del Águila cortaron la autovía A-7 en ambas direcciones, tras incendiar varias cajas de plástico sobre la vía.



Los participantes se concentraron a través de las redes sociales sin estar respaldados por ninguna organización agraria, ocupando con sus vehículos parte de la calzada. El día anterior, unos treinta agricultores también provocaron cortes de carretera en la zona. 



Además de estas pequeñas revueltas en el Poniente, que provocaron, no obstante, varios kilómetros de retenciones, algunos tractoristas de María y Vélez Blanco, dedicados al cultivo del cereal, se han desplazado al Altiplano granadino para hacer cortes intermitentes en la carretera. Poco más se ha dejado notar en la provincia de la espiral de acciones de protesta de profesionales del sector que se han extendido con virulencia por las comunidades castellanas y catalana. Las razones de por qué no ha prendido esta mecha reivindicativa del sector en Almería podrían sostenerse sobre varios pilares: el agro almeriense se caracteriza por ser una producción intensiva orientada a la exportación que depende poco de subvenciones europeas y de la Política Agraria Común (PAC) en comparación con otras provincias agrícolas españolas; la producción del invernadero almeriense está en plena temporada alta y las exportaciones urcitanas se basan casi en su totalidad en el transporte por carretera y nadie en el sector- ni productores ni comercializadoras- quieren que los pájaros disparen a las escopetas. Probablemente algunos camiones retenidos ayer en la A-7 fuesen cargados con palets de frutas y hortalizas de los propios agricultores que se manifestaban. Por otra parte, el tractor brilla por su ausencia en la agricultura intensiva almeriense, por ello no se ha dado el caldo de cultivo para la organización de tractoradas que se han dado en otras regiones españolas. Tampoco la Plataforma denominada 6F ni Unión de Uniones, presentes en las protestas, han calado en Almería, donde Coag, Asaja y UPA son mucho más fuertes.



Lo que sí comparten los agricultores almerienses son algunas de las medidas de mejora exigidas estos días en la calles por productores de otras comunidades: una mayor simplificación burocrática, las cláusulas espejo (mismas exigencias medioambientales de producción) para terceros países que venden su producción en Europa y el cumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria para que el agricultor no tengan que vender a pérdidas.



Coag, Asaja y UPA anunciaron ayer que retomarán, aún sin fecha definida, el proceso de movilizaciones iniciadas en 2019 a nivel europeo en los puertos. La protesta se centra contra las importaciones de terceros países y la competencia desleal que entra por los puertos; reclamación de infraestructura hidráulica; paralización de la extrema burocracia y compensaciones por la sequía. 



Los afrancesados del siglo XXI



La movilizaciones del sector agrario en todo el territorio nacional han sido una constante en los telediarios desde 1977, desde que se certificó el principio de defunción de las antiguas cámaras agrarias del Franquismo y nacieron las nuevas organizaciones sindicales del agro. La Revolución francesa  en 1789 estalló por las presiones fiscales sobre las cosechas del trigo y este desfile marcial de miles de tractores por el asfalto de la Península también ha surgido por mimetismo de lo que ha ocurrido más allá de los Pirineos, un escenario en el que los cerealistas castellanos y los payeses catalanes se han convertido en los afrancesados del siglo XXI. ¿Sin protestas en Francia, que han costado el oro y el moro a las alhóndigas y cooperativas almerienses, habría habido en España? La clave es que Almería no quiere tanto subvenciones como unas mismas reglas de juego en el tablero agro. 




Temas relacionados

para ti

en destaque