“La escuela de Los Almendros es un hogar, un lugar de paz, para muchos alumnos”

Los Almendros es uno de los barrios de Almería, como El Puche, que marca carácter

Los Almendros, actividad impulsada por la Junta de Andalucía, el pasado martes.
Los Almendros, actividad impulsada por la Junta de Andalucía, el pasado martes. La Voz
Antonio Torres
18:48 • 30 jul. 2023

Miseria y grandeza de la vida y como advierte el grupo de Gitanas Feministas “las que vivimos en los barrios ignorados, tenemos menor esperanza de vida”. Hay profesionales que combaten el racismo, la exclusión y la pobreza desde distintos ámbitos. En Los Almendros. el absentismo habla 150 de escolares y solo medio centenar acuden a clase



Hay maestros que dejan huella porque te animan y te enseñan a razonar como Juan Morales Giménez “Juanmo Giménez” (Almería, 1987) a quien le encanta conversar de viva voz sobre Los Almendros. “Desde el Colegio de Educación Infantil y Primaria de este popular barrio intentamos enseñar a los alumnos que tienen fobia por los libros desde la misma puerta de sus calles”. El maestro, junto a la profesora Mari Ángeles Puelles y con la tutora de sexto curso, Arancha López, han plantado cara al bullying escolar, educando en valores, con actividades solidarias y de integración cultural desde el Aula de Cine con participación activa de los alumnos. Los niños relatan un hecho real ocurrido en Los Almendros.



El profesor Juanmo Giménez, maestro coordinador del Aula de Cine, elaboró un guion titulado Mírame a los ojos. Los escolares, asegura, han aprendido a ver cine, a pensarlo, llevar su vida a los guiones, posibilitando conocer el lenguaje. Uno de esos protagonistas es Francisco Lobillo, un alumno cariñoso, entrañable, definición de la periodista Rocío Amores que realizó un reportaje durante el curso de cine en Los Almendros para Canal Sur. “Han conocido el medio”, subraya Juanmo, “desarrollando su storyboard, creando sus personajes con un lenguaje del cine, sin olvidar la realidad”. El objetivo ha sido reducir el absentismo y motivarles para ir al colegio sin faltar a dichas actividades tan importantes. “En muchos casos se les roba a los alumnos el derecho de por lo menos ir a clase y convendría ser más rigurosos y estudiar la realidad de la familia disfuncional en la que los conflictos se sin que la sociedad clame por las injusticias”. Los niños quieren crecer como personas y se encuentran muchas trabas en la convivencia. “Se han conseguido muchas cosas, reglas ciudadanas, mejor lectura y escritura. Siempre afirmaré que la escuela es un hogar, un sitio de paz”, señala Morales Giménez, hijo de camarero de Parrilla Pasaje que vivió en El Quemadero, otro barrio singular de Almería.






 



Francisco Bellido, delegado de Inclusión Social de la Junta de Andalucía, destaca la importancia de las Escuelas de Verano, como la de Los Almendros, para garantizar desayuno, almuerzo y merienda, más un tentempié. “Se desarrollan desde julio hasta finales de agosto actividades socioeducativas, de ocio y tiempo libre, buscando permitir la conciliación familiar y laboral”, precisa Bellido.



 



Cicatrices en los labios

El maestro Juanmo se atreve con la poesía: “Cuando llegues a Los Almendros confundirás un camposanto, verás un bosque de basuras, ya no nacen flores en el asfalto. Y verás, que el camino está muy herido, como los niños a su paso, jamás dicen buenos días, tienen cicatrices en sus labios. Que yo. He estado buscando tu futuro entre las chatarras. ¿Es que tus padres no han visto el dolor que tiene tu alma? Y allí. Un niño me preguntó: ¿maestro, tú el año que viene volverás? y otro mirándome hondo dijo: ¡Sal de aquí, no vuelvas jamás! Que un año en los Almendros son cien años de soledad. Si quedas a vivir un tiempo confundirás la escuela entre plásticos Verás al señor de las moscas, animales rotos y abandonados. Y verás, sus uñitas negras, dientes podridos. ¡Pero qué poco cariño te han dado! ¡Pero qué poco cariño has vivido! Como perros cojeando en un charco, que hoy tampoco has dormido. Que podrás. Escuchar gritos violentos y no son de niños sino de los nuestros. Entonces, te dará miedo morir por dentro, te dará miedo ver como alguien deja de ser un maestro. Y allí. Una madre me preguntó: ¿Maestro, es que tú a mi hijo lo puedes salvar? Y otra mirándome muy hondo me dijo "¿Qué haces aquí? …”, trabajo literario de Juanmo Giménez. El Puche y Los Almendros son, quizá, los barrios más empobrecidos de Almería. “Mis alumnos tienen una doble desigualdad. Los de partida desde su cuna y la otra desigualdad es la de los medios que se pueden ofertar a un centro así. Hay caos y suciedad. El aislamiento y la desigualdad permanente traerá problemas”. “Tengo un alumno que con 11 años se hace su propia comida y se dedicaba en horario escolar a ir por las callejuelas del barrio con su pensamiento de niño. El centro tomó medidas. Hubo registro exhaustivo, se llamó a la familia, servicios sociales, tribunales, pero el juicio y la resolución de ayuda puede tardar años y al niño se le pasa la escolaridad obligatoria, juicios, no existe pasan cuatro o seis años. Entonces, los maestros qué hacemos”, grita el profesor que sigue buscando la verdad de la invisibilidad de algunos barrios que están a menos de nueve minutos del centro de Almería.


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