Se ha ido ‘El Flores’, el ‘Ñito’, el guitarra de Pájaros Verdes

Antonio Miguel García Flores un enamorado de la música y de la electrónica

Tony Fernández
13:00 • 23 jun. 2023 / actualizado a las 17:23 • 23 jun. 2023

Lo acabo de ver en LA VOZ DE ALMERÍA con sus nombres y sus apellidos. Ha muerto ‘El Flores’ de la Escuela de Maestría, ‘El Ñito’ para sus amigos. El guitarra de los Pájaros Verdes de la calle San Lorenzo. Somos de la misma edad y nos pasamos toda la carrera juntos hasta aquel ‘Quitapenas’ previo a la reválida que nos tomamos una tarde para sacar buenas notas.



Pasamos de vernos todos los días a hacerlo de tarde en tarde, y lo último que ‘maquinamos’ fue juntar a todos los que iniciamos la carrera. Un primero de año de... no me acuerdo, en la calle San Leonardo, nos vimos por última vez. Ibas a por tu hija. Jugamos juntos a balonmano y baloncesto para subir nota con don Rafael Florido y aprobamos aquella reválida, pese a don Arturo que puso la tecnología muy cara. Cómo lloraban los suspendidos. Madre mía.



El Virgen del Mar



Yo siempre le decía ‘El Flores’ pero al salir del colegio y cruzar la acera ya era el Ñito y le esperaba ‘El Antequera’, líder de Los Pájaros Verdes, para ensayar. Tengo en casa un poster del grupo guardado como un tesoro. Era el más pequeño de la banda y recuerdo los nervios previos a las actuaciones. Yo era el ‘empollón’ y él más tranquilo con los libros. No tuvimos novias en el ‘cole’ porque doña Juanita tenía a las niñas de nuestra edad separadas por una tapia y don Miguel (como director), nos lanzaba el llavero a la cabeza si le guiñábamos el ojo a las niñas que iban de uniforme color rosa a clase. Nosotros con la ropa de todos los días.



‘El Flores’ era un guaperas en toda regla y me sacaba distancia con las niñas en un barrio de Los Ángeles en plena explosión porque él, siendo de la calle San Lorenzo, hacía la vida con los niños de Las Barandillas.






Maestría



Del Grupo Escolar Virgen del Mar saltamos a la Escuela de Maestría. Allí con ‘El Mortadelo’, ‘El Cascales’, ‘El Topo’, ‘El Farola’ o don Arturo, empezamos a enganchar cables con el soldador y a quemarnos con el estaño. Hicimos primero una radio y luego una televisión, y aprobamos la Oficialía y luego la Maestría: para que nos dieran el diploma firmado por el Rey Juan Carlos y en los dos ponía los mismos nombres: don Antonio Miguel... logramos hacer la carrera sin ser los mejores (no lo pretendimos nunca) y luego a ‘currar’, formar una familia y no dejar nunca de ser lo que fuimos, porque Antonio Miguel García Flores siempre será allá donde esté un niño bueno, de los de buena familia como se decía antes.


El Quitapenas

Solo ‘El Flores’ podía conseguirlo y dos o tres días antes de la reválida nos llevó a un grupo importante de estudiantes ‘Al Chatarrero’, un bar de buenos vinos que había pasado el colegio Europa. Allí nos vimos y entre tantos toneles de vinos con denominación de origen dijo que: “Quitapenas para todo el mundo”. Yo que tenía mi techo en las dos cañas, no recuerdo como regresé a casa después de tanto estudio y tanto vinillo.


El resto de nuestros días, cuando nos veíamos siempre salía el Quitapenas y aquel examen durísimo que se cargó a más de media clase. Nosotros salimos adelante pero con nota baja.


Todo lo demás son dos vidas separadas por el tiempo pero ‘El Flores’ y el ‘Camacho’, yo, se querían mucho.


Este trabajo se lo debo a Pedro el batería de Los Pájaros Verdes.


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