La historia detrás del mayor alijo de coca de Almería

Capos italianos organizaron el alijo del Challenger, capturado en Almería en ruta hacia Croacia

El OCT Challenger en el Puerto de Almería.
El OCT Challenger en el Puerto de Almería.
Javier Pajarón
07:00 • 08 may. 2023

El 14 de febrero de 2007 la silueta azul del OCT Challenger desplegó sus 63 metros de eslora ante una dársena en la terminal internacional del Puerto de Almería. La Policía Nacional, Vigilancia Aduanera y un inédito remolino de cámaras esperaban ante los noráis desgastados por las maromas el atraque del buque, una especie de cofre gigante a flote.



En el interior se ocultaba un alijo de 3.752 kilos de cocaína con una pureza superior al 60 por ciento, convertido de manera involuntaria en el mayor decomiso de esta sustancia realizado en la historia de la lucha contra el narcotráfico en la provincia de Almería.



La historia de aquella operación emblemática aparece reflejada en los informes policiales y las sentencias de la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo y, al mismo tiempo, en la obra del periodista italiano Roberto Saviano, referente mundial en la investigación sobre la mafia.



Según el autor napolitano en ‘Cero Cero Cero’, la droga pertenecía a una familia asentada en la ciudad de Rosarno (Reggio Calabria), conectada a traficantes búlgaros que hacían de intermediarios gracias al papel de un jefe llamado Evelin Banev. 



El OCT Challenger partió del puerto de Rotterdam el 25 de enero de 2007. Su destino era la ciudad croata de Split. La tripulación había sido reclutada, según Saviano, por los capos de Fabio y Lucio Cattelan (desaparecidos), también detrás del alijo de 1.500 kilos de cocaína apresado por España frente a las costas de Galicia en el velero Blaus VII.



Chivatazo y tanque Según la investigación de las autoridades españolas, un tripulante del OCT Challenger hacía de enlace con las organizaciones italiana y latinoamerica gracias a un teléfono satelital. Se trataba de un vecino de Cosenza (Italia), conocido con el alias Chapas, hombre de confianza de los dueños de la mercancía.



Durante la travesía hacia Croacia, el mercante se desvió hacia una posición en el Atlántico, cerca de la Isla de Madeira (Portugal), donde otra embarcación le transbordó 3,7 toneladas de cocaína. Luego tomó rumbo al Estrecho de Gibraltar y se identificó como un buque de bandera finlandesa en navegación comercial hacia los Balcanes.



Los informes de Europol han acreditado las conexiones criminales entre los grandes capos italianos de la droga con grupos asentados en esta región, especialmente albaneses. La parte marítima era problablemente una etapa dentro de un recorrido más amplio hasta el destino final.


El italiano embarcado era, además, el administrador único de la empresa Rosso Leut propietaria del OCT Challenger, aunque no era el capitán, rol que ejercía un ciudadano griego apoyado de marineros de la misma nacionalidad. A bordo había otro italiano, una especie de vigilante, que no tenía un papel claro dentro de la navegación, según la investigación.


A las 16.30 horas del 13 de febrero de 2007, agentes de Vigilancia Aduanera abordaron el mercante en el Mar de Alborán, en un punto de aguas internacionales frente a las costas de Almería. La llegada del barco escoltado a la ciudad se convirtió en un todo un acontecimiento, con un despliegue policial poco común. Sin embargo, aún no se había hallado la droga.


Los agentes pasaron ocho horas registrando con perros el buque, dentro y fuera de la estructura. Sabían que había cocaína, pero desconocían su ubicación exacta. Desde la dársena se escuchaba el trabajo con herramientas, los golpes, sin éxito.


Finalmente, aquella tarde el trabajo floreció con la captura del mayor alijo de cocaína de la historia de Almería escondido en una cámara sellada dentro del depósito del agua, esto es, dos capas de acerco y una película de líquido para proteger un centenar de fardos procedentes de Latinoamérica.


El tanque estaba detrás de un pequeño ‘paso de hombre’ en la sala de máquinas. Un agente observó que los tornillos exteriores eran demasiado nuevos para un barco de esa edad y descubrió la mercancía, valorada en 126 millones de euros, según obra en las actuaciones de la Audiencia Nacional.


Pero, ¿cómo sabía la Policía Nacional y Aduanas que el barco había cargado cocaína? La respuesta aparece en una declaración prestada por un mando de la Policía Judicial en Almería. Los agentes recibieron la información del transbordo de la droga de autoridades policiales de Reino Unido, que había detectado el transporte durante labores de vigilancia en el Atlántico.


Una chatarra que acabó en el desguace

El OCT se identificó en Tarifa como un barco finlandés, aunque en realidad esa bandera era falsa. Su armador, un italiano, había adquirido el barco con una empresa con residencia legal en Croacia, aunque tampoco tenía esa bandera. Este ciudadano era en realidad un hombre interpuesto. El barco quedó abandonado y acabó subastado y en el desguace.



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