Las primeras tiendas que fueron Spar

1961 fue el año de la expansión de la cadena que unió a las pequeñas tiendas de barrio

La cadena Spar llegó para modernizar muchas tiendas de barrio.
La cadena Spar llegó para modernizar muchas tiendas de barrio. La Voz
Eduardo de Vicente
19:35 • 13 dic. 2022

Antes de que terminara el año de 1961 ya había más de cuarenta comerciantes adheridos a la cadena Spar que acababa de aterrizar unos meses antes en Almería. Su llegada fue un viento de aire fresco y una oportunidad de crecer para muchas pequeñas tiendas de barrio que se mantenían ancladas en formas primitivas de entender el negocio. La mayoría seguían utilizando el cajón para guardar el dinero y el lápiz y el papel de estraza para hacer las cuentas. 



El impulso de Spar les permitió a muchos tenderos emprender la aventura de una máquina registradora moderna, de cambiar la báscula que funcionaba con pesas y hasta de comprar una moderna cortadora para los embutidos.



Spar llegó a todos los barrios y a todos los rincones de la ciudad, desde el Tagarete a la Chanca. A finales de 1961 la barriada de Ciudad Jardín y el Zapillo tenía cuatro tenderos que se habían asociado a la nueva cadena comercial: Rogelio Blenes en la calle Navarra, Manuel Sánchez Ibáñez en la calle Baleares, Paco Salinas en la calle Falange y Manolico Ventura en la zona de Villa García, donde reinaba como el vecino más popular de todo el distrito.



En la gran manzana de la Plaza de Toros y la zona norte de la ciudad los Spar florecieron en apenas seis meses: las tiendas de Enrique Leal y Clotilde Muñoz en la calle Restoy, la de Pepe Rico en la calle Calvario, la de Miguel Pérez Molina en la calle Zagal, la de José Abad en la calle Juan de Austria, la de Antonio Martín Benegas en la Rambla de Alfareros y la de Emilio Martín en la calle Noria.



En la calle del Reducto los primeros Spar fueron el de Diego Alías y el de Andrés Rivas. En Pescadería había cuatro: el de Antonio Torres en la calle Rosario, el de Gaspar Maldonado en la Cuesta del Muelle, el de los hermanos García Vargas en la calle del Muelle y el de la Viuda de Ignacio Sánchez en la calle Galileo.



En las casas de los pintores, en el Barrio Alto, estaba el Spar de Juan Lao Martínez y en la Cañada de San Urbano el de Francisco López Acacio.



En la Carretera de Níjar era muy célebre el Spar de Francisco Sánchez Espinosa y en el barrio de las Chocillas, zona de establos y de lecheros, destacaba la tienda de Juan Riado Andrés. 



La colonia de los Ángeles, que en 1961 estaba creciendo a diario, con nuevos bloques de edificios, nuevas calles y un ejército de familias numerosas, el primer Spar fue el de Cristóbal Guerrero, situado en la que entonces era la avenida principal del barrio, la calle Marchales. 


En la calle de Mariana estaba el Spar de José Romero Montes, en Antonio Vico el de Juan López León y en Hernán Cortés el de Juan Calvache Carmona. En la calle Reyes Católicos tenía mucha popularidad el Spar de Manuel García Ortiz, tanta como la tienda de la Viuda de Trinidad Tortosa, en la calle de Juan Lirola. En la estrecha calle del Pueblo estaba el Spar de José Ruiz, en la calle de San Juan el de Andrés Marín Rosa, hermano de don José, el comerciante de tejidos. En Conde Ofalia el prestigioso tendero Luis Morales, dueño del comercio ‘La Milagrosa’, también se unió a la cadena Spar para ser un poco más competitivo.


En la calle del Lugarico tenía el Spar el comerciante Miguel Lorenzo y en la calle de Regocijos estaba el de Pepe Gil. La calle Descanso también tenía su Spar, el de José Carreño, y en la calle de la Reina el de Manuel Gil. En la calle Serafín aparecía la tienda de Gabriel Jorge Quero, en la calle de Granada el de Emilio López Castro y en la calle Memorias el de José González Idáñez.


Ellos fueron los primeros tenderos que inscribieron su nombre en la cadena Spar a lo largo del año 1961. 


“Spar es la unión voluntaria de comerciantes de comestibles, una gran comunidad de venta creada para ofrecer al ama de casa las mayores ventajas posibles”, pregonaba en sus mensajes publicitarios. El lema de la nueva cadena era “una tienda Spar cerca de su domicilio”, por lo que emprendió una gran  campaña de captación de socios por todas las pequeñas tiendas de los barrios, por muy alejadas que estuvieran. Los comerciales hicieron un trabajo meticuloso buscando clientes.


Uno de los mayores éxitos que tuvo la nueva cadena de alimentación a la hora de captar clientes, fue la puesta en marcha de un sistema de regalos mediante el reparto de puntos. Por cada compra el cliente se llevaba unos sellos que iba pegando en una cartilla; una vez rellena, le daba derecho a pedir un regalo y a participar en el sorteo de grandes premios que en algunos casos llegaron a rozar el millón de pesetas.   


Media Almería coleccionó los famosos puntos y rellenó cartillas durante años para llevarse juegos  de toallas, cuberterías, molinillos de café o aparatos de radio, que eran los premios más asequibles. Fueron muy nombradas las dos mil pesetas que ganaron en 1963 dos señoras con los deseados puntos de Spar.



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