Aparcar sobre la historia

Parecía que ya nadie aparcaba en La Hoya, pero han vuelto los coches

Los coches aparcados en la zona de la ladera de San Cristóbal
Los coches aparcados en la zona de la ladera de San Cristóbal Lola González
Lola González
20:33 • 25 oct. 2022

Hasta no hace mucho tiempo toda la zona de La Hoya no era más que un solar atravesado por un vial que conectaba con la calle Almanzor entre montañas de coches aparcados. Toda esa zona llena de historia, de arqueología y de valor patrimonial, era el parking del Casco Histórico. Pues bien, ahora que parecía que las obras que tanto dinero han costado (y siguen costando) a las arcas municipales y a los europeos habían conseguido revivir este espacio, resulta que hay quien ha decidido volver a convertir un trocito en zona de aparcamiento.



Veía ayer con estupefacción no solo como el espacio contaba con hasta cuatro vehículos aparcados en las zonas que podríamos denominar como menos nobles, sino que sintiendo dolor de estómago, pude comprobar cómo llegaban un par de personas a bordo de un coche y totalmente decididos, introducían dentro de la zona de la ladera de San Cristóbal dos de las ruedas del vehículo. Claro, su objetivo era no estorbar para que el resto de coches pasaran, y eso lo consiguieron, lo que no sé es si fue a costa de alguno de los restos arqueológicos que están en ese lateral. Rezo porque no fuera así.



Tras el primer acaloramiento con el susodicho conductor, lo cierto es que me paré a reflexionar sobre el grado de conocimiento que tendría de lo que en ese espacio se oculta. A saber, restos de viviendas de un barrio que estuvo funcionando desde el siglo XI hasta finales de la época medieval y que se reutilizaron en los años 70. Además de una red de galerías que conectan hasta 19 pozos que servían agua a estas casas desde el siglo XI hasta el XV. 



Es cierto que la gran mayoría de estos restos están tapados por su propia protección, pero no lo es menos que pasar por encima de ellos con un vehículo no parece lo más recomendable tampoco. Quizá falta una parte de labor pedagógica, que en su día se prometió, y en este espacio se debería colocar la cartelería adecuada explicando qué se esconde bajo esa arenilla o qué son esos restos que se ven asomar. ¿Eso solucionará el problema? No lo creo, pero cuando uno vaya aparcar ahí lo sabrá de antemano, ya las consecuencias dependen de la autoridad. También está la opción de poner pivotes que impidan el paso de los coches. Es que esto ya no es solo aparcar en un sitio prohibido, es que se aparca sobre la historia.







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