La apicultura social se hace un hueco en la provincia de Almería

Cuando en marzo de 2019 estalló la pandemia a nivel nacional, muchos emprendedores se vieron obligados a paralizar sus negocios como consecuencia de la nueva situación sociosanitaria que había generado la Covid-19. Todos excepto personas como Valeria Benassi, una apicultora de origen italiana que ha visto en las tierras almerienses una oportunidad para sacar adelante su gran proyecto de vida. Un plan en el que une sus dos pasiones: la naturaleza y, algo desconocido hasta entonces, las abejas.

Emprendedores

“Nosotros tenemos las colmenas en la granja escuela ‘Los Baños’, en Lucainena de las Torres. Allí había algunas cajas viejas y algún panal. Empezamos con un enjambre que se nos metió de forma natural y ahí comenzó a picarnos la curiosidad por la apicultura y dar dar el paso de empezar a estudiar y formarnos en este sector”, señala Valeria, que además del trabajo de campo que realiza a diario al cuidado de los diferentes panales, lo compagina con una colaboración que les une a ‘Eco Colmena’, una organización sin ánimo de lucro que vela por el cuidado sostenible y ecológico de las colmenas en propiedad de los emprendedores de toda la geografía nacional.

Las colmenas de abejas están copando gran parte de la atención de nuestra sociedad, sobre todo el sector más relacionado con el mundo agro. De ahí que la semilla plantada por Benassi haya comenzado a germinar y a dar forma a un presente muy prometedor. Con la ayuda de su marido, la italiana afincada en la provincia de Almería se encarga de las labores de cuidado de las diferentes colmenas. Que va más allá de lo que el imaginario colectivo se pueda imaginar. Sobre todo aportando la sapienza cuando la climatología se convierte en un factor adverso.

Visitas

Para ampliar los conocimientos de todo lo relacionado con la producción sostenible de miel y cera, muchos son los visitantes que, a través de centros educativos y asociaciones, se acercan hasta Lucainena de las Torres, donde están instaladas las diferentes colmenas en propiedad de Valeria Benassi. “Nuestro objetivo no es la producción de miel y venderla; si no sensibilizar a la sociedad con respecto a las abejas como polinizadores, por lo tanto cuanta más ayuda podamos conseguir y más conciencia podamos generar, mucho mejor” para nuestro medio ambiente, que tanto nos reclama, y para nuestra sociedad a través de la repercusión positiva de la naturaleza.

“Nosotros intentamos funcionar exactamente como trabajan las abejas dentro de las colmenas: pensando en el bien común a nivel colectivo. De hecho, a pesar de que en cada caja puedan llegar a convivir unas 80.000 abejas, podemos hablar perfectamente de un único animal”, sentencia Valeria, porque la complejidad que comparten a nivel asociativo puede implicar, incluso, un cuidado mucho mayor que en el caso de los animales domésticos que muchos tienen en su hogar. De hecho la convivencia entre ellas es algo digno de ser conocido.

Orografía almeriense

La variedad que presenta la provincia de Almería en toda su geografía configuran un ecosistema donde estos animales pueden desarrollar con normalidad sus ciclos de vida. Sin embargo, no hay que olvidar que la aridez de la zona donde están emplazadas las colmenas complica las labores de cuidado, principalmente, en los meses de verano. 

No obstante, no hay que pasar por alto, según señala la apicultura almeriense, que las últimas lluvias han perjudicado su actividad porque “con respecto a años pasados, era algo que no estábamos acostumbrados a tener. Muchos colmenares en Almería han sufrido la humedad y las lluvias. Esto entra en las cajas y, al no poder proteger correctamente a las crías, pueden salir mal y muchas pueden llegar a morir. Por lo que muchas se suelen venir abajo”, explica.

El momento más dulce de la apicultura

La apicultura es una herramienta que acerca a las personas al conocimiento sobre dos de los campos fundamentales sobre la provincia de Almería: la agricultura y la ganadería.

Las posibilidades que este sector abre a quienes deciden formar parte de ella es muy amplio, va desde la producción extensiva, con lo que ello conlleva, o puede girar en torno a la sostenibilidad de nuestro medio ambiente, como es el caso de la familia almeriense. En definitiva, la miel vende. Y se configura como el resultado de lo que ofrece la tierra almeriense. Como también le ocurre al vino. En cada gota hay muchas historias resumidas, en este caso, la de los animales y la de las personas. 

Por otra parte, el conocimiento y la importancia que tienen en nuestras funciones vitales las abejas, es algo fundamental. Sin ellas, nuestra rutina no sería posible porque son ellas las que se encargan de la polinizar gran parte de la vegetación que nos rodea y de la que nos servimos.

Un milagro que ocurre cada día y del que no terminamos de ser del todo conscientes, de ahí que existan muchas asociaciones que apuesten por la sensibilización de un sector de la naturaleza que ofrece la seguridad de la mayoría del resto de especies, también la de los seres humanos. En definitiva,  una cadena de la que debemos cuidar para recibir el mismo cuidado que invertimos.