Los rusos en Almería se sienten “como apestados” aunque no apoyen la guerra

La asociación Almería en Rusia denuncia que se acosa a sus hijos en colegios e institutos

Miguel Cabrera
20:59 • 04 mar. 2022

Los rusos en Almería se sienten señalados por una parte de la población que parece recriminarles la invasión de Ucrania a pesar de que, como dicen, ellos son "solo ciudadanos que han emigrado a España, que pretenden vivir en paz y que no tienen ninguna responsabilidad en una guerra que ni apoyan ni quieren”. 



Nos sentimos como apestados a pesar de que no tenemos culpa de nada”, afirman Manuel Castillo, presidente de la asociación Almería en Rusia, con sede en Roquetas de Mar, y otros miembros de su directiva, ciudadanos rusos que en el mejor de los casos prefieren no dar sus nombres para ser publicados “por miedo a represalias”.



Es más, L. tesorera de la asociación y mujer de Castillo, se echa a llorar por miedo cuando su marido le dice que este diario publicará su fotografía, mientras nos muestra el vídeo de un camionero ruso al que un grupo de ucranianos le ha destrozado la parte trasera del vehículo en Murcia. 



“Lo está pasando muy mal, como la mayoría de los alrededor de 8.000 rusos que viven en la provincia” -si bien empadronados son poco más de 3.000 según datos del INE en 2021-, reconoce Castillo, quien pese a ser español dice sentirse también ruso y preside la asociación, que desde 1999 asesora a los ciudadanos del país de Putin en Almería y Murcia en los trámites para conseguir documentación y otras gestiones -trabaja activamente con el Consulado General de la Federación de Rusia en Barcelona desde 2003- , además de organizar todo tipo de actividades. 



Aterrorizada



L. está realmente atemorizada después de que esta semana la puerta de la asociación amaneciera con la pintada de una bandera ucraniana y el mensaje “Gloria para Ucrania” . “Hay muchos fanáticos, e igual que hacen pintadas o destrozan camiones pueden venir a atacarnos”, se lamenta entre sollozos.



Olga, otra rusa miembro de la asociación, casada con un almeriense, se muestra especialmente preocupada por su hijo, que “ha sido insultado por otros compañeros por la operación militar en Ucrania” y que por tanto se está convirtiendo también en una víctima de la invasión.



Pero esto no es todo, porque hace unos días el pequeño, de 10 años, celebró su cumpleaños y algunos padres de sus amigos no les dejaron ir a su fiesta. “Una de las madres, amiga desde hace muchos años, me llamó para decirme que su hija no vendría e incluso me ha bloqueado en Facebook, a pesar de que sabe que nosotros no estamos en política y que por supuesto no queremos esta guerra”, se lamenta.  “Sentimos especialmente que nuestros hijos estén siendo realmente acosados en colegios e institutos”, añade Castillo.


Olga reconoce que desde que comenzó la guerra está sintiendo un rechazo más o menos velado de amigos y conocidos, sobre todo y claramente de ucranianos, a pesar de que su propio padre es de esta nacionalidad, y vive en Rusia con su madre. “No es ninguna broma, nos sentimos señalados… y son realidades, hasta el punto de que ahora ni siquiera puedo ir al gimnasio a practicar mi deporte porque la Federación Española lo ha impedido a todos los rusos”, afirma.


Ocultación de la nacionalidad

Este rechazo ha llevado incluso a que algunos rusos prefieran ocultar su procedencia para evitar perjuicios en sus trabajos. “Unas peluqueras de Almería nos acaban de decir que ahora se presentan como búlgaras a sus nuevos clientes”, dice Manuel Castillo, quien asegura igualmente que las dos empleadas de la tienda de productos rusos que la asociación tiene en el barrio de  El Zapillo están soportando “no agresiones físicas” pero sí una fuerte presión y una constante recriminación de algunos vecinos, como si las identificaran con los invasores o agresores.


Envíos de dinero

A pesar de las trabas  impuestas  para mantener las relaciones económicas contra Rusia, muchos ciudadanos de este país están enviando dinero por distintas compañías estos días a sus familiares, debido a las dificultades de éstos para conseguirlo de los bancos de su país, que han quedado sin liquidez. Muchos de estos envíos los gestiona la asociación Almería en Rusia, que atiende a alrededor de 5.000 ciudadanos de este país anualmente, y que también tiene clientes ucranianos.


"Putin llevó estabilidad"

Aunque todos los miembros de la asociación Almería en Rusia consultados por este periódico se han declarado abiertamente en contra de la guerra en Ucrania, también se resisten a criticar a Vladimir Putin. En su despacho de la Avenida de Roquetas, Manuel Castillo, presidente de la asociación, mantiene una fotografía del presidente ruso, junto a otras en las que él mismo aparece con embajadores y cónsules rusos en España, actuales y del pasado.


“Nadie quiere la guerra, y por supuesto tampoco los rusos en Almería, pero  es cierto que Putin trajo una estabilidad a Rusia que no existía anteriormente”, dice Castillo. “Con Putin se vive más tranquilo en Rusia, y quienes le votan apuestan sobre todo por seguridad”, dice O., una miembro de la asociación. “Mis padres viven  y trabajan en Rusia, y con Putin pueden permitirse viajar cada año a Almería para vernos”, añade.


Y partiendo siempre de la base del rechazo a la guerra, los miembros de la asociación también lamentan que en los medios de comunicación mundiales se esté ofreciendo “solo una información de parte, muy sesgada, y a veces falsas noticias”, dice L, quien nos muestra una foto de maniobras militares publicada en 2014 que ahora ha sido resucitada por diferentes medios para ilustrar la guerra en Ucrania. 


“Masacres”

“En los medios europeos no se informa, por ejemplo, de los ataques, bombardeos  y agresiones militares desde 2014 a las repúblicas separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk, que han sido masacradas”,  dice Castillo. “Para que se entienda en España, sería como si los catalanes que se sienten españoles bombardearan continuamente a los catalanes independentistas”, tercia Natalia, otra componente de la asociación Almería po-Russki, como está registrada oficialmente la asociación. En definitiva, sus miembros parecen compartir algunas de las tesis que estos días está ofreciendo el Gobierno ruso. 


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