El científico Rodolfo Miranda quiere traer un centro de investigación a Almería

El físico almeriense recibe el prestigioso premio Miguel Catalán de la Comunidad de Madrid

Rodolfo Miranda recibe el premio.
Rodolfo Miranda recibe el premio. La Voz
Miguel Cabrera
07:00 • 07 feb. 2022

El físico almeriense Rodolfo Miranda Soriano, recientemente galardonado con el premio ‘Miguel Catalán’ de la Comunidad de Madrid en reconocimiento a su carrera científica, ha anunciado su intención de crear en Almería un centro de investigación de su especialidad, la nanotecnología.



“Yo tengo un sueño, un proyecto de futuro: abrir en Almería una sede del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados (IMDEA) de Nanociencia -que él dirige en la capital de España-. Sería fácil, barato y tendrá un impacto enorme”, ha avanzado a La Voz. 



Y ha lanzado el testigo para que pueda ser recogido “por alguna institución o empresa almeriense” que colabore en su creación. Podría ser, comenta, desde la UAL al Ayuntamiento, la Diputación, la Junta de Andalucía o Cajamar, por ejemplo.  



“En principio podría ser un pequeño local donde se desarrollarían investigaciones que no requieran de grandes inversiones, se pueden analizar resultados, ver tendencias que puedan tener interés en el entorno, por ejemplo en la agricultura, trabajos teóricos y también experimentales, y poco a poco podría ir creciendo”, explica. 



Y pone como ejemplo de que en la provincia pueden llevarse a cabo investigaciones de gran calado y de prestigio internacional el trabajo que se está haciendo en el observatorio astronómico de Calar Alto.



Atracción de científicos



Además, a su juicio atraer a científicos para que trabajaran en Almería no supondría un problema: “Todos los investigadores que han visitado la provincia se han quedado encantados: cerca del mar sería un espacio imbatible”, dice desde Madrid, donde continúa al frente del IMDEA, y donde ha consolidado su enorme prestigio como científico, como demuestra el premio que recibió el pasado 2 de febrero de manos de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. 



La Comunidad ha destacado que el almeriense  “ha creado escuela en nuestro país en el campo de la Física de Superficies, introduciendo para su estudio la Microscopía Túnel de Barrido, el Magnetismo en sistemas de baja dimensionalidad o la Físico-Química de Superficies en Ultra Alto Vacío”.


Se trata de un galardón -el máximo que concede la Comunidad de Madrid- del que se muestra “orgulloso, porque hay mucha gente buenísima que también podría merecerlo”. Pero también se muestra agradecido a quienes le han elegido y a la ciudad de Madrid.


Atocha, 1970

“Cuando llegué con 17 años a la estación de Atocha, con una guitarra y una maleta llena de libros y sueños, nunca imaginé que Madrid me podría ofrecer la oportunidad de hacer una carrera como la que he hecho”, reconoce. 


Era el año 1970, cuando se acababa de inaugurar la Universidad Autónoma y cuando la nanociencia estaba aún por descubrir, aunque por su sangre “ya corría el ‘veneno’ y la llama de la investigación que traía desde Almería”. 


“En Madrid pude crear una familia  con mi novia almeriense de toda la vida, y la ciudad volvió a acogerme tras mi carrera en el extranjero”. Fue durante estas investigaciones en el exterior donde surgió su interés por la nanotecnología, después de que “tuviera la suerte” de trabajar con los investigadores que prácticamente la ‘inventaron’, entre ellos cuatro ganadores del premio Nobel.


Talento

Tras la entrega del premio de la comunidad madrileña, el físico almeriense ha querido compartirlo con su equipo, con el talento que ha conseguido reunir en el IMDEA de Nanociencia, donde trabajan 240 investigadores a su cargo “con una media de edad de 34 años”. 


“La investigación de excelencia es el talento, hay que atraerlo y retenerlo, algo que hemos conseguido en nuestro centro. Y el éxito de una institución es sin duda también el talento de quienes la forman”, mantiene. Y entre los investigadores del instituto madrileño hay varias  jóvenes almerienses que son “muy buenas”, como reconoce su jefe. 


Aplicaciones en medicina Rodolfo Miranda afirma que en los próximos años, desde la ropa que vestimos a los edificios donde vivimos tendrán elementos de nanotecnología, y ha destacado especialmente las aplicaciones en la medicina. De hecho, en la actualidad está desarrollando investigaciones muy avanzadas, como la que utiliza nanopartículas magnéticas para destruir selectivamente las células tumorales


“Ya se han superado pruebas con animales y se está empezando con personas enfermas voluntarias. En principio, se consigue matar las células cancerígenas en tumores localizados, aunque no en los que están difusos y dispersos”, dice. Aún así, en caso de que se pueda llegar a aplicar esta técnica en tumores localizados sería todo un éxito para la nanociencia, puesto que podría suponer la eliminación de técnicas invasivas como la quimioterapia.


“Es un sueño, como también lo es conseguir lo mismo en tumores no localizados, serían como submarinos inteligentes que se introducen en la sangre para destruir solo a las células ‘enemigas”.


Otra investigación que puede ser revolucionaria y que va por buen camino, aunque todavía se ha experimentado solo con ratones, es la realización de un baipás para unir una médula espinal seccionada, que deja tetrapléjicos a quienes la sufren. “Se trata de un sensor magnético que detecta la señal del cerebro”, explica, aunque advierte de que aún falta mucho tiempo para llegar a experimentarlo en un ser humano. En este caso también puede suponer toda una revolución en la medicina.


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