Lo que la cumbre de diputaciones en Almería no esconde

Un análisis de lo que representa el acuerdo nacional de corporaciones supramunicipales

Francisco Reyes, presidente de la Diputación de Jaén, y Javier A. García, presidente de la Diputación de Almería, se estrechan la mano
Francisco Reyes, presidente de la Diputación de Jaén, y Javier A. García, presidente de la Diputación de Almería, se estrechan la mano La Voz
Antonia Sánchez Villanueva
22:35 • 17 sept. 2021

Si miran detenidamente la fotografía que ilustra este artículo en la que Francisco Reyes -socialista, presidente de la Diputación Provincial de Jaén y de la Comisión de Diputaciones, Cabildos y Consejos Insulares de España- y Javier A. García -popular, presidente de la Diputación Provincial de Almería y vicepresidente del mismo foro nacional- se estrechan la mano, encontrarán la imagen más potente de lo que representa la cumbre del municipalismo español de este viernes en Almería.





Dos dirigentes del poder municipal mayoritario en este país -el PSOE preside 29 de esas corporaciones y el PP otras 13 de las 49 que son en total- simbolizan el sello de una alianza para reclamar al unísono que una parte de los fondos europeos de recuperación llegue directamente a las arcas de las diputaciones y cabildos, y, de ahí, a los ayuntamientos. Dicho de otra forma: asegurarse de que el maná del dinero europeo al que se fía la salida de la crisis provocada por el coronavirus llegue a los niveles de la administración más en contacto con los ciudadanos después de que los municipios, grandes, medianos y pequeños, hayan soportado buena parte de los efectos negativos de la pandemia. Y este mensaje va dirigido por igual al Gobierno de España como al de la Junta de Andalucía.



La cuestión, desde luego, no es menor. El desafío al que se enfrentan los gestores de buena parte de esos territorios tienen que ver con una realidad anterior a la pandemia, pero que la crisis amenaza con acelerar si no se actúa de forma contundente: la despoblación de las zonas rurales del interior. Equilibrar servicios y dar oportunidades a sus habitantes pasa necesariamente por invertir en ellos, y en esa escena es donde juegan los entes locales. El apretón de manos de este viernes en Almería parece representar el valor del acuerdo por encima de la confrontación cuando se trata de defender los intereses de los ciudadanos, unos ciudadanos que siempren andan a la espera de gestos así. Encarna también una cierta renuncia al protagonismo partidista por el beneficio institucional. Que Almería haya sido el escenario la coloca en el centro de una dinámica del consenso con proyección nacional. 







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