La capital almeriense suma un monumento más, la Plaza de Toros

La decisión de la Consejería de Cultura de la Junta ya está publicada en el BOJA

Plaza de Toros de Almería.
Plaza de Toros de Almería. Archivo La Voz
Simón Ruiz
09:02 • 19 nov. 2020

El Boletín Oficial de la Junta de Andalucía publica en la edición de este jueves la resolución de 10 de noviembre de 2020, de la Dirección General de Patrimonio Histórico y Documental, por la que se incoa el procedimiento para la inscripción, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural, con la tipología de Monumento, de la Plaza de Toros de Almería capital.



Fue a finales de septiembre de 2019 cuando la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de Almería informaba favorable-mente acerca de la idoneidad de inscribir la plaza de toros de Almería como Bien de Interés Cultural (BIC) con la tipología de Monumento.



La delegada territorial de Fomento, Infraestructuras, Ordenación del Territorio, Cultura y Patrimonio Histórico, Eloísa Cabrera, recordaba que tras el dictamen del órgano consultivo, paso previo necesario, la Delegación iba a tramitar ante la la Consejería Cultura y Patrimonio Histórico el expediente para la valoración de la inscripción de la plaza de toros almeriense como Monumento, como ya está plasmado en el BOJA.



Explica en su resolución el departamento que dirige Patricia Pozo que las Plazas de Toros se difunden en todas las ciudades españolas como edificios exentos y autónomos durante la segunda mitad del siglo XIX. Estas construcciones responderán a la tradición neomudéjar de la arquitectura española del momento, como búsqueda de unos espacios representativos para la fiesta nacional y de un elemento singular y eje ordenador del ensanche urbano.



La Plaza de Toros de Almería, posee características artísticas que sitúan al edificio en un lugar muy destacado dentro de su tipología arquitectónica, así como valores históricos, técnicos, etnológicos y sociales dignos de protección.



La Plaza de Toros debía ser entendida como un lugar de encuentro público de carácter carismático, ya que este espacio es portador de una simbología colectiva para el grupo que se reúne en él para celebrar un acto que los atrae. La fiesta de los toros necesita de un gran espacio que le permita albergar a la multitud. Este lugar debía tener unos valores artísticos que lo identificasen como algo digno del acto que en él se celebra. Pero a parte del toreo, la Plaza de Toros de Almería ha servido como escenario de espectáculos a lo largo de su historia, que la configuran como un lugar emblemático de la ciudad.



Las actividades alternativas que se han celebrado en ella han sido diversas: circos ecuestres, compañías gimnásticas, concentración de bandas de música y conciertos, cinematógrafo público (durante la Guerra Civil funcionó como cine Katiuska), e incluso como refugio improvisado para los huidos de la ocupación de Málaga por las tropas franquistas, en febrero de 1937.



El edificio en si posee un valor artístico digno de protección, el trabajo en común de dos grandes arquitectos del siglo XIX en Almería: Trinidad Cuartara y Enrique López Rull, ofrece una gran variedad estilística al edificio, dotándolo de gran originalidad, un eclecticismo ya que se sale de la norma en este tipo de construcciones del mismo periodo.


La calidad de los materiales empleados y su procedencia almeriense son virtudes que distinguen la bondad del proyecto. Siendo el edificio también, un ejemplo del uso destacado del hierro como nuevo material de construcción a finales del S. XIX, cuya novedad condiciona y mejora la técnica constructiva. Para su financiación se organizó una sociedad por acciones dirigida por Felipe Vilches Gómez, cuya junta ejecutiva estaba compuesta por varios representantes de la burguesía del momento y los propios arquitectos.


Su construcción fue de una gran rapidez pues el 13 de agosto de 1887 se colocó la primera piedra por el Gobernador Provincial y la Corporación Municipal, y al año siguiente, en agosto de 1888, se inauguró con una corrida de toros de Rafael Molina «Lagartijo» y Luis Mazzantini, durante las fiestas de la Virgen del Mar.



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