“La Fiscalía ha sido la peor tratada en dotación de personal, sin duda”

Entrevista al Teniente Fiscal de la Fiscalía Provincial

Fernando Brea durante la entrevista en su despacho.
Fernando Brea durante la entrevista en su despacho. Néstor Cánovas
Antonia Sánchez Villanueva
07:00 • 06 oct. 2019

Su apellido va asociado a una conocida y reconocida saga almeriense de profesionales del Derecho, que inició su abuelo. Con la vocación en el ADN familiar y el apego a su tierra almeriense como elección, ha pasado 39 de sus 43 años de carrera como fiscal en esta provincia. Además de ser el más veterano en la institución, es quien con más frecuencia la ha representado en 13 años como Teniente Fiscal. En unos días se jubila tras una intensa trayectoria.



En su despacho de la Fiscalía Provincial lucen los múltiples reconocimientos que ha recibido a lo largo de su vida profesional. Además de fiscal, ha ejercido la docencia en la UNED, participado en congresos y seminarios e impartido más de un centenar de conferencias. En unos días se jubila, pero la saga continúa. Su hijo y su hija también se dedican al Derecho, como abogado y como fiscal.



 ¿Cuál ha sido la tarea más difícil que ha llevado en su trayectoria profesional?




 El control de presos preventivos, tenemos que llevarlo muy al día los de toda la provincial. Es lo más estresante o lo más complicado de esto. Cada juzgado lleva los suyos y cada fiscal está pendiente de su juzgado. Pero luego en la Fiscalía hay una responsabilidad máxima que es la del Teniente Fiscal en el control de presos.




 ¿Es una tarea exclusiva suya?




 Del teniente fiscal atribuido por la Fiscalía General. Cada trimestre hay que hacer una relación uno por uno de cada preso preventivo en toda la provincia. Cada juez controla lo de su juzgado pero el fiscal es para toda la provincia. Juzgado por juzgado hay que estar pendiente de ver quién cumple y quién no.




 ¿Hasta qué punto es de delicada esa función?




 Puedo decir que yo he llevado algunos sobresaltos grandes. Un día, estando en los Cursos de la Universidad Complutense en Aguadulce, me llamó por la tarde la fiscal de guardia, y me dijo que había dos presos preventivos a los que le vencían los plazos e iban a poner un Habeas Corpus. Me vine a Almería enseguida, y junto a Juan Ruiz Rico, entonces presidente de la Audiencia, abrimos el Palacio de Justicia, examinamos la causa y vimos que se había trascrito el plazo de prisión provisional por un año, cuando por Ley se podia llegar a dos. Por lo que todo estaba correcto.


 ¿La figura del Teniente Fiscal es lo bastante conocida?


 En todas las fiscalías existe. El Teniente Fiscal es el más antiguo en las fiscalías provinciales. Ese cargo no es renovable. Por eso ahora cuando yo me jubile la plaza sale a concurso y de los peticionarios el más antiguo es el que vendrá. Es el que sustituye al Fiscal Jefe en todo. El trabajo que realiza es normalmente de jefatura. En los actos institucionales, el Teniente Fiscal representa a la institución del Ministerio Fiscal. En la distribución de trabajo interna no hace exactamente lo que hacen los demás fiscales, hace más cosas de jefatura. Aunque generalmente el fiscal jefe no hace juicios, yo siempre como Teniente Fiscal he querido hacer juicios en la Audiencia. Yo soy un fiscal que he hecho muchísimos juicios en la Audiencia y pocos en juzgados.


 ¿Por qué?


 Porque cuando yo ingresé existía la carrera fiscal y judicial porque es la misma oposición, yo saqué el número 3 y había 45 plazas, 30 de jueces y 15 de fiscales, los tres primeros elegimos fiscal. Yo ingresé en el año 76 y entonces existía la carrera fiscal y el cuerpo de fiscales de distrito. Ellos hacían los juicios de faltas y lo que se llamaba preparatorias, que eran penas de hasta seis meses. Y eso se hacía en el mismo juzgado de instrucción y los fiscales no íbamos a hacer esos juicios en los juzgados de Instrucción de la provincia y casi tampoco en los de la capital. Los hacían los fiscales de Distrito. Luego ya cuando se dijo por el Constitucional que el que instruye no puede jugar y se creó el juzgado penal, ahí sí hice bastantes, pero yo ha sido sobre todo en la Audiencia.


 ¿En esa perspectiva que da tantos años de ejercicio, qué Fiscalía encontró en los primeros años y qué fiscalía deja ahora cuando se jubile?


 No tiene nada que ver.


 ¿En qué están los cambios?


 Cuando yo llegué aquí la plantilla eran tres fiscales. El fiscal jefe, el teniente fiscal y el abogado fiscal y luego había fiscales de distrito, uno en Berja, otro para la zona de Huércal-Overa y otro para Almería. Pero estos no calificaban y solo entraban a juicios de faltas y de diligencias preparatorias. En la Audiencia no podían entrar. El volumen que hay hoy no se puede sostener con la plantilla que tenemos.


 Faltan fiscales. ¿Cuántos harían falta?


  Ahora mismo en la plantilla somos 37 en la provincia, en Almería 27, cinco en El Ejido y cinco en Huércal Overa. Con esto es imposible.


 ¿Cuántos más se necesitarían?


  Unos tres o cuatro más para medio llevar esto. Aquí tenemos por ejemplo tres fiscales cada día para los juicios en la Audiencia, un fiscal de guardia para Almería, otro para Roquetas, otro para Huércal Overa. Luego los penales, uno la semana entera, la violencia de género… salen y tienen las guardias de semana entera. Tienen preferencia lógicamente para nosotros los juicios penales. Pero hay que ir a incapacidades, hay que ir a tutelas, hay que ir a familias, esto es inabordable. ¿Qué pasa? Pues que a alguna no se puede ir.


 Parece una carga de trabajo inaudita.


  Desde que entré en la carrera hay una carga de trabajo superior. Yo cuando preparaba la oposición, a mi preparador no le vi nunca papeles en su casa. Desde que yo entré, yo, y cualquier compañero, o se lleva trabajo a casa o va por la tarde a su despacho.


 ¿Se ha hecho habitual llevarse trabajo a casa?


 En la casa hacemos las calificaciones, que es lo más técnico, y la preparación de juicios, porque aquí no puedes. Aquí tienes ejecutorias, diligencias previas, visitas, teléfono.


 En la dotación de recursos que ha habido en los últimos tiempos la Fiscalía no ha tenido tantos. ¿Ha sido la peor tratada?


 Sin duda ninguna. No sé cuánto tiempo llevábamos sin crear ninguna plaza. Sí se han creado ahora tres plazas de fiscales en Almería. Y con todo y con eso ahora mismo tenemos cuatro sustitutos más dos de refuerzo porque hay dos compañeras de baja. Y respecto de funcionarios, lo mismo, porque hay funcionarios que llevan mucho tiempo y esto lo manejan muy bien pero hay funcionarios que vienen y están poco tiempo. Yo siempre he echado en falta que haya un secretario en la Fiscalía, porque ahora las oficinas fiscales son muy grandes, y se necesita una persona que maneje esto y que lo distribuya. En definitiva, un secretario director de la Oficina Fiscal.


 ¿Se refiere a un secretario para la organización interna?


 Hay unas funciones que lleva el Fiscal Jefe, como las altas y bajas de fiscales sustitutos, sus tomas de posesión etc. El preparar todos estos expedientes son funciones administrativas. Luego están los asuntos gubernativos, las denuncias en Fiscalía, y todo esto debería ser atendido en un principio por un secretario de Fiscalía, figura esta que no existe, sin perjuicio de ser refrendado luego por el Fiscal Jefe. Es un trabajo muy específico que necesita una persona que lo dirija. Sí tengo que decir que en cuestión de medios materiales nos ha resuelto mucho la Junta. Cuando yo llegué aquí la mesa del despacho era de formica quemada con colillas. Había solo un aparato de aire para toda la Fiscalía. En esa época el Ministerio puso nuevo mobiliario y algunos aparatos de aire. Pero ha sido posteriormente la Junta quien ha dotado de más y mejores medios materiales, aunque sigan faltando mejoras, por ejemplo, el sistema de viodeoconferencias en las salas para los juicios orales.


 Con esa carga de trabajo, ¿se puede llevar una especialización?


 Las especializaciones están hechas pero salvo anticorrupción y antidroga, que lo llevan en exclusiva, aunque también hacen juicios, todos los demás llevan la especialización y su trabajo normal. El fiscal de medio ambiente, por ejemplo, lleva su juzgado también, y sus juicios, y sus calificaciones y sus guardias.


 Parece difícil llevarlo todo.


 Pues se lleva como se puede, lo mejor posible. Lo que pasa es que nosotros siempre hemos hecho mucho más de lo que podemos. Y si esto sale adelante, es por los fiscales, que no tenemos límite, hacemos lo que haya que hacer, hasta donde lleguemos. Los jueces igual. Eso la gente no lo sabe. Pero esto está desbordado.  Los fiscales están especializados, pero con una gran carga de trabajo.


 ¿Los fiscales de Almería están asfixiados de trabajo?


 Sí, porque antes, yo lo he vivido, no entraban más que a la Audiencia, porque estaban los fiscales de distrito que iban a los juicios de faltas. Y no teníamos guardias. La guardia es una semana exactamente igual que el juez, a la hora que sea, en Nochevieja, en Nochebuena... No había jurados, un juicio de jurado, el más sencillo, lo mínimo es una semana, cuando eso se ventila en la Audiencia en una mañana. Y no había esta cantidad de juicios penales. Hay cinco juzgados de lo Penal, más el de Violencia de Género, seis fiscales todos los días ahí, tres para la Audiencia, pero es que cada juzgado de lo Penal son cinco, seis, siete, ocho juicios todos los días. Y terminas esa semana y resulta que entras en guardia y la guardia sabes cuándo empiezas pero no cuándo acabas. Y salen de eso y entran en su despacho y después de dos semanas los asuntos en el suelo porque no caben en la estantería. Esa es la realidad.


  En su opinión, ¿cuál es el gran problema de criminalidad en Almería a día de hoy?


  Yo llevo aquí desde 1980. Primero estuve tres años en Cádiz, allí había muchos juicios de droga. En Almería siempre ha habido robos, homicidios, asesinatos, violaciones etc. Pero en los últimos años ha aumentado mucho el tráfico de drogas, con las plantaciones de marihuana incluidas, ajustes de cuentas por este motivo etc. Y la mayoría de juicios que he hecho últimamente en la Audiencia han sido de agresiones sexuales, no solo de hombre a mujer, sino también a niños, del marido separado a la mujer etc.


 ¿Y eso a qué lo podemos achacar, a que se denuncia más o que hay más violencia?


 Hombres, hay que tener cuenta que antiguamente los delitos de agresión sexual era necesario la denuncia de la parte ofendida, si no, no se podía entrar a perseguirlo, el perdón del ofendido extinguía la acción penal. Eso ha desaparecido. La mujer ahora con toda la violencia que hay, primero no tiene la dependencia que tenía anteriormente del marido. El miedo ha desaparecido y son valientes al denunciar. Y te digo que he visto cómo mantienen las denuncias, dando datos, y hay muchas condenas por agresión sexual, que es muy difícil porque es la palabra de uno contra el otro. Hace muchos años, cuando todavía estaba el perdón que extinguía la acción penal, salvo excepciones, me acuerdo un caso de un niño con alteración psíquica al que sus propios amigos lo violaron. La madre denunció, gente con pocos medios, pero al poco tiempo vino a perdonar, le habían pagado, claro. Entonces el fiscal, que era yo, siguió adelante y se les condenó. Agresiones sexuales hay muchas. También hay un incremento de la pornografía infantil.


 ¿Desde la posición de los fiscales se percibe la evolución de la propia sociedad, la incidencia de internet, de las redes sociales?


 Claro, es una cosa que está ahí desde hace años. Los fiscales que son más jóvenes no han conocido la época anterior porque entonces no había nada, era venir y denunciar. Evidentemente eso influye.


 ¿Puede ser el caso del asesinato de Gabriel el juicio más escabroso en Almería?


 Más mediático, sin duda.


 ¿El peor?


 A mí me tocó uno que tampoco quiero decir que fue más, pero vamos a poner igual. Hace ya diez o doce años, la muerte de una niña de Piedras Redondas, que apareció en un contenedor en una caja. Estaba yo de guardia y de magistrado Andrés Vélez.


 ¿Por qué fue más difícil?


 Porque a la niña la cogieron sus propios tíos a la salida de un cumpleaños, con su primilla, la hija del matrimonio. Le dijeron que fuera a la casa, cierran la puerta, la cogen, la desnudan de cintura abajo, la ponen en un barreño, le atan las manos, y le echan ácido sulfúrico causándole el ochenta y tantos por ciento de quemaduras aún en vida. Tocan a la puerta y aparece otro matrimonio de tíos también y se unen a la acción. Le dan treinta y tantas puñaladas, todavía en vida, y con unas tijeras le cortan la garganta, y ahí ya muere. La meten en una caja y la tiran a un contenedor. La niña no aparece y sale todo el barrio a buscarla. A las dos horas la niña apareció. Pero los cuatro asesinos participaban en la búsqueda. Al día siguiente el padre de la prima apareció ahorcado. Y quedaban tres. Nadie decía la verdad. Una actitud en el juicio de frialdad, de no arrepentimiento…. Aprecié además de la alevosía, el ensañamiento, por el sufrimiento tan grande y deliberadamente que infringieron a la niña. Creo que ha sido la única vez que yo he pedido la pena máxima prevista en el Código.


 ¿Era por inquinas familiares?


 Se barajaron todos los móviles. Que si había habido agresión sexual, que si deudas del padre… Inquina, como dice, con la primilla. Y lo más grande de esto es que la niña, que lo había presenciado todo, no abría la boca. Y al año y medio me dijo Andrés, que tenía una paciencia franciscana, vamos a tomarle declaración otra vez a la niña y le dijo, mira tu madre está en la cárcel, y ya la niña habló. Esa declaración la tengo aquí (señala la cabeza). La niña tenía siete años. Esto salió adelante por Andrés y por mí y los condenaron. Fue la primera vez que aquí cachearon a todos antes de entrar a juicio.


 Usted ha tenido mucha relación con la sociedad almeriense y ha sido institucionalmente el más visible. ¿La Fiscalía debe tener contacto estrecho con la sociedad?


  Esto no puede ser como era antes, antiguamente al fiscal parece que nadie se le podía acercar. Yo he recibido a todo el mundo, les doy las explicaciones pertinentes, oigo a todos los letrados, familiares de presos, y luego hago lo que creo que tengo que hacer. Tienes que estar abierto a la sociedad, el fiscal es una autoridad a nivel nacional y en este caso provincial y se le invita a todos los actos. Debe de ir a los actos institucionales y estar abierto a hablar con todo el mundo, con respeto y con consideración.


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