Jerónimo Junquera es arquitecto. Escuchar sus reflexiones sobre el urbanismo actual es imprescindible para entender lo que puede llegar a ser el proyecto puerto-ciudad para está realizando el master plan.
Están diseñando el master plan del puerto-ciudad que tiene que transformar la ciudad. ¿Por dónde empezamos?
Estas transformaciones tan singulares que tienen las ciudades se producen en pocas ocasiones a lo largo de su historia y eso hay que aprovecharlo para intentar curar otras heridas que ya tienen. Por eso hay que mirar los alrededores de lo que es de verdad el objeto de nuestro contrato. Porque en el fondo las ciudades crecen, se desarrollan y transforman fundamentalmente por la evolución del espacio de convivencia, la ciudad es tan maravillosa porque es un espacio de confrontación positiva, en el cual hay que aprender a vivir y convivir.
Nosotros llegamos aquí como en paracaídas y lo primero que hay que hacer es sentir la ciudad, hablar con mucha gente que conoces en la ciudad. Hay que conocer la ciudad, ya lo hicimos en Arrecife o en Gijón, y Almería no es una excepción. Cuando empiezas a conocer la ciudad detectas cosas en las que no puedes intervenir pero hay otros que, resolviendo el problema para el que te han contratado, puedes influir y poner en valor su potencial, eso es lo que nos ha pasado con los barrios del entorno.
En conocer la ciudad y todo el entorno de la zona sobre la que nos han encargado el plan es en lo que hemos estado trabajando hasta ahora, al principio con más intensidad y después con menos porque todos estos cambios políticos nos han dejado parados casi seis meses parados.
¿Y cuál es el potencial de Almería?
Frente a estas operaciones tiene una cosa estupenda: que la ciudad está virgen porque no se ha hecho nada o se ha hecho muy poco. No hay contaminantes como ocurre en otros sitios que complica aún más las cosas.
Tiene como potencial un Casco Histórico fantástico porque, pese a las salvajadas que se han hecho. Cuenta con calles pequeñas y los edificios son muy potentes. No es que tengan unos grandes lujos, pero aquí se ha construido con dinero porque estas casas de dos plantas es cierto que no es que tengan mármoles de Carrara pero hay una construcción con molduras, con piedra... Paseando por las calles de pronto hay muchos ensanches, plazoletas, espacio público que es muy importante para la ciudad. Sigues andando y de pronto aparece la Alcazaba por un costado.
Le sucede lo que a muchas ciudades del mundo, incluido Madrid, que los cascos históricos se abandonaron para irse a urbanizaciones fuera y hay edificios maravillosos en ruinas.
El Casco Histórico es el primer potencial de la ciudad y en la medida en la que nosotros podamos, en el borde que rodea a la actuación que nos han encargado, tenemos que ver que fórmulas se nos pueden ocurrir para que el barrio histórico se convierta en el mejor sitio para vivir de Almería.
En Málaga hicieron casi ‘senderos’ que conectan desde la Plaza de la Constitución, calle Larios hasta el mar. ¿Es viable algo similar aquí?
La situaciones diferentes. Es cierto que no hay recetas como tal, sino que lo que tenemos que descubrir es qué podemos hacer desde esa frontera que tenemos desde el puerto a la ciudad, analizar cómo es , si es permeable o no.
Viendo una secuencia histórica de Almería, la ciudad se asienta en un sitio que está medianamente protegida y los barcos están en la playa. La ciudad por miedo a los piratas y a las guerras se cierra, incluso ya en época árabe cuando estaba aquí la flota nazarí. Había una playa y una muralla. Desde entonces toda la historia de las relaciones puerto-ciudad han consistido en que unos que quieren tirar la valla y otros que no quieren que se toque.
Comenzamos con una valla, una fortificación. Luego se tira cuando llegan los muelles y la ciudad se funde con el puerto.Después el puerto logra más auge con nuevos barcos, nuevas tecnologías y se vuelve a poner la valla. Y ahora queremos quitarla.
La verdad es que toda ciudad que está junto al mar quiere tocar el agua y tenemos que pensar es cómo hacerlo. Almería llega a lo mejor de las últimas ciudades en llegar a estas intervenciones, pero eso es una ventaja porque así puedes ver lo que ya han hecho los demás y aprender de los aciertos y errores.
¿Y cómo satisfacer a los que quieren valla y a los que no la quieren?
Lo primero que tiene que estar absolutamente claro es que el puerto es protagonista como un generador económico que es necesario para todas las ciudades portuarias. Cuenta con unas tecnologías y unas demandas que son poco urbanas: las grúas, los trailers… y hay que tenerlo en cuenta. Además de esto es interesante tener en cuenta en el Puerto de Almería la llegada de los efectivos de Salvamento Marítimo tras actuar realizando rescates en Alborán, y eso tampoco puede mezclarse con la ciudad.
Así, lo primero que hay que analizar es cómo se puede optimizar a largo plazo el puerto, y cómo se puede simplificar esa conexión que tiene con la A7.
Ahí hay un conflicto de intereses que hay que resolver. De hecho, se puso en marcha un proyecto que nos han enseñado y que creemos que no resuelve los problemas porque un valor añadido de un puerto es que tenga unos accesos claros e independientes que los pueda gestionar sin pedir permiso y que la ciudad se pueda liberar de la tensión que genera el puerto.
¿Cómo se optimiza el puerto entonces?
¿Cual sería el modelo? Nosotros estamos trabajando con McValnera que son los que están reflexionando para ver cómo hacerlos. Eso sí, siempre teniendo en cuenta el proyecto que ya tiene la Autoridad Portuaria para su desarrollo a largo plazo.
Ya se han hecho los cantos y falta una cantidad importante de relleno. Entonces vamos a mirar a ver si conseguimos que este puerto sea una realidad fantástica y que funcione. Y que conviva con la ciudad pero cierta libertad, que ambos puedan funcionar independientemente.
Supongo que ya le han expuesto estas claves a los representantes de las instituciones.
Hoy (por el viernes) hemos mantenido la primera reunión con el alcalde, Ramón Fernández-Pacheco, y ayer (por el jueves) con el nuevo presidente de la Autoridad Portuaria, Jesús Caicedo.
Ahora toca trabajar en equipo con un responsable técnico que van a nombrar desde el Ayuntamiento y con otro desde el puerto.
Ahora empezaremos a trabajar en serio en la toma de decisiones pero esas reflexiones de trabajo están ahí latentes y las podremos ir concretando.
Una vez analizado el futuro del puerto toca el ver cómo y para qué va a tocar la ciudad el agua. Tenemos que hacer modelos, porque hay muchos que van bien. Habrá que contrastar con los políticos cuáles son las opciones y yo creo que como llevamos tanto tiempo pensando y analizando el ámbito de la actuación, yo creo que si la interlocución la hacemos eficaz, pronto podemos llegar a algunas conclusiones que son genéricas.
Después ya tocará el diseño concreto de las actuaciones a desarrollar.
Dijo usted en su conferencia en el Colegio de Arquitectos que hay que ser realistas en cuanto a lo económico para la actuación.
Estas operaciones hay que planteárselas con mucha ilusión, generar expectativas potenciales que puedes desarrollar que sean ilusionantes para nosotros y para los ciudadanos, pero ojo, que a veces pasa, las ilusiones hay que acotarlas por su viabilidad en el tiempo y económicas.
Hay que trabajar en los costos que puede tener, en el tiempo (pensar en actuaciones por fases). No transmitamos ilusiones que no hay quien las pague ni quien las mantengan.
Hay que trabajar en el puerto para convertirlo en una máquina perfecta, y luego, veremos además, en el borde del puerto-ciudad cuál es el espacio que libera el puerto y qué hacer con él. Es una tarea larga y compleja.
¿Hay ya algo concreto sobre los usos del suelo, sobre lo que se quiere hacer en este espacio?
De momento todo son reflexiones de trabajo. Lo que sí tenemos clara es la respuesta a una de las preguntas fundamentales desde el principio, ¿desde dónde hasta dónde estudias para realizar el proyecto? Independientemente de que el contrato nos ciña a una zona, nosotros como he dicho desde el principio ampliamos el foco. Aquí sí que estamos trabajando y viendo un área que va desde San Telmo hasta El Zapillo. Luego ya veremos sobre qué zona podemos trabajar.
Antes decía usted que es fundamental que los puertos cuenten con sus propios accesos. Una de las claves del puerto-ciudad era que llegara el ferrocarril.
Eso lo hemos dejado de momento aparcado ya que se trata principalmente de un tema técnico. Lo primero que tendrán que valorar, y eso no nos corresponde a nosotros, si es necesario.
Para ello habrá que hacer una evaluación económica y financiera, y ya con ella, que se tomen las decisiones correspondientes. Pero en realidad el ubicarlo es casi como un elemento a superponer.
En su trayectoria además de proyectos puerto-ciudad también ha realizado proyectos de soterramiento como el de Gijón. No sé si conoce lo que hay previsto en la capital.
Uno de los principales problemas con los que cuenta Almería para conectar un lado y otro de la playa de vías es que no coinciden las tramas urbanas. Es algo que es un disparate porque ya no tiene solución. Aunque tengas una barrera cuando uno diseña la ciudad tiene que pensar en que algún día se va a poder eliminar. Sobre soterrar por fases tiene una complicación, la ciudad es plana y la parte que no queda en trinchera tienes una pantalla, una joroba y eso no tiene solución.
¿Qué hago con el espacio que soterro? Si no hay un tejido que conecte, acabará siendo zona verde y dependiendo de lo que haya a los lados tendrá utilidad o no. Tenemos que crear un espacio amable en el que vivir y eso requiere contar con algo más que con zona verde.
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