“La homeopatía es un peligro serio y que ha pasado desapercibido”

Abogado de profesión, Frías tiene por afición el conocimiento científico.

Fernando Frías ha visitado Almería para dar una charla en el marco del programa de ‘Ciencia en Bares’.
Fernando Frías ha visitado Almería para dar una charla en el marco del programa de ‘Ciencia en Bares’.
Álvaro Hernández
07:00 • 03 nov. 2018

Fernando Frías es hombre de leyes, pero sus seguidores en Twitter están más interesados en la ciencia que en la abogacía: es uno de los más prestigiosos divulgadores  y pasa por Almería para desmentir la homeopatía.



¿Cómo defines la homeopatía?



Es un ritual mágico. Una creencia cuasi religiosa basada en argumentos absolutamente disparatados. Un efecto secundario de hacer los productos tan diluidos es que tienes el placebo perfecto: parece una medicina y te lo venden en una farmacia, pero en realidad no tiene nada. Y si los seres humanos somos susceptibles al efecto placebo, ahí tenemos un placebo que nos llevan vendiendo 200 años.



¿Y por qué hay gente que sigue creyendo en ella?



Distinguiría casos y casos. Hay gente que no sabe muy bien qué es, que piensa que es un tipo de medicina más. Y luego está la gente que profundiza más y que sí entra en esas creencias pseudoreligiosas y sobrenaturales que en el fondo son atractivas… 



¿Y es peligrosa?



La homeopatía es peligrosa por dos motivos: en primer lugar, porque la homeopatía son productos que están muy diluidos (en la mayoría de casos solo tienen agua o azúcar), pero el proceso de dilución puede no estar bien hecho, así que siempre pueden ocurrir accidentes y es una práctica que a veces usa productos tóxicos.



Hay otro peligro que es más sutil pero más generalizado, que es el del abandono de los tratamientos. Estás confiando en que eso te va a hacer algo y estás retrasando un tratamiento, perdiendo un tiempo que puede ser valiosísimo.


Es un peligro serio que ha pasado desapercibido y que se ha tolerado durante mucho tiempo.


Nadie se ha dado cuenta de que si vendes como medicina algo inocuo lo que tienes que ver no es que sea inocuo, sino que lo vendes como una medicina. Y si alguien lo toma como medicina es porque lo necesita.


¿Es lógico que se venda en farmacia?

Es algo surrealista. En España los únicos colegios que defienden activamente la homeopatía son los farmacéuticos, incluso amenazando con sanciones a los que se niegan a vender homeopatía.


Es terrible, porque va contra sus propios conocimientos. Los sacrifican a unas creencias absurdas por un negocio y una farmacia es un establecimiento sanitario con el que debería haber una relacion de confianza, no es un bazar.


¿Qué papel juega internet? ¿Extiende falsos mitos sobre la homeopatía o ayuda a desmentirla?

Existe para que se expanda la homeopatía, pero en peso relativo ha sido muy importante para desmentir la homeopatía. 


Ahora, gente que no sabía lo que es la homeopatía teclea y encuentra entre los primeros resultados una web que explica y ayuda a entender que no son plantitas, que es una cosa bastante más peculiar. Internet también ha ayudado a que se organicen protestas, a que se conzocan cursos y se acabe poniendo un poco de orden en la tarea de colegios y universidades. Ha hecho más bien que mal, porque ha servido para expandir información seria. 


Tu blog se llama ‘La lista de la vergüenza’. ¿Qué hay en él?

’La lista de la vergüenza’ es un proyecto personal. Me di cuenta de que cada vez me llegaban más comentarios de cursos pseudocientíficos que se organizaban en universidades. Había muchísimos, casi ninguna universidad se escapaba (incluyendo la de Almería).

 

Entonces pensé en crear aquel blog como un tablón de anuncios. Pensaba que la manera de protestar era que se enterara mucha gente. La idea original era esa; luego me di cuenta de que no había forma de abarcarlo todo y, en segundo lugar, mucha gente comentaba que por qué aquello era una pseudociencia…


Cambié el enfoque para poner menos cursos y explayarme más en por qué esas practicas son peligrosas y no están aceptadas por la comunidad cientifica.


¿Cómo termina un abogado dedicándose a la divulgación científica?

Es un proceso de años. Me gustaban la ciencia y la pseudociencia, y me decanté hacia el escepticismo, hacia la incredulidad. 

Podemos decir que es una afición, más que a comunicarla a consumirla. Lo que me gusta de divulgar ciencia es que primero tengo que aprendermela.


¿Ahora disponemos de más información?

Antes solo había revistas y algún programa de radio con alertas ovni. Uno de mis primeros chascos me lo llevé cuando me dejaron un libro sobre el ‘Triángulo de las Bermudas’ en el que el autor cogía los archivos y revisaba los casos para comprobar que los famosos accidentes no habían sucedido allí, o que el barco no se había llegado a hundir, o que había una tormenta de tres pares de narices y lo normal era que se hundieran…


Estaba todo perfectamente explicado. Fue una iluminación: un adolescente se encuentra con que todo eso que está oyendo a lo mejor no es tan verdad…. Podemos decir que, a partir de ahí nació ese interés mío, pero sin apenas medios.


¿Cómo pasas esa barrera entre tu curiosidad personal para compartirlo con la gente?

Se lo debo a una de las asociaciones que organiza Ciencia en Bares, que antes se llamaba Alternativa Racional a las Pseudociencias, ARP - Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico.


Me tropecé con ellos, donde estaba Javier Armentia o Manuel Toharia… Y aquello me llamó la atención y había gente que no solo mantenia una actitud escéptica, si no que ademas lo hacían de forma activa. Contacté con ellos por curiosidad y me encontré con que era un grupo abierto a cualquier tipo de participación. 


¿Cómo se le gana terreno a la homeopatía?

Fundamentalmente, dando a conocer qué es realmente y qué consecuencias tiene. Y presionando a estos colegios que todavía protegen a la homeopatía. 


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