La Junta pide cuentas al CSN por la tierra radiactiva trasladada a Palomares

La directora del Ciemat insiste en que el material de Madrid es de baja contaminación

la presidenta de la Junta compareció ayer en Almería ante los medios informativos.
la presidenta de la Junta compareció ayer en Almería ante los medios informativos.
Manuel León
07:00 • 25 oct. 2018

El caso de la tonelada de tierra radiactiva trasladada desde Madrid a Palomares, sin notificación previa por parte del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), ha dado una nueva vuelta de tuerca. La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, manifestó ayer en su visita a Almería que “el Gobierno andaluz va a solicitar al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que aporte información sobre este caso y los motivos por los que no hubo información por parte del Gobierno de España a Andalucía”.



“Mal por parte del Gobierno de Rajoy si lo hizo sin dar información”, ha dicho Díaz y ha apuntado a que el Ejecutivo autonómico va a reclamar toda la información y transparencia sobre el envío de material con radioactividad, que tuvo lugar en 2016. La presidenta recordó  que las competencias sobre seguridad nuclear son estatales.



Desde el Ministerio de Transición Ecológica, ni desde el propio Consejo de Seguridad Nuclear, ni tampoco desde la subdelegación del Gobierno en Almería se ha dado explicación a este periódico de los motivos por los que este traslado se hizo sin notificación al Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora ni a ninguna otra autoridad provincial o autonómica. 



Los restos radiactivos fueron depositados en dos contenedores que llegaron en sendos camiones por carretera y que se encuentran depositados en la zona 2, protegidos por una valle, frente al cementerio de la localidad y una balsa de riego. La directora de Medio Ambiente del Ciemat. 



Sobre este asunto, el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) ha indicado que los alrededor de 1.300 kilos de “material radioactivo” que trasladó hace dos años al área bajo vigilancia radiológica de la pedanía de Palomares, proceden de los muestreos de tierras realizados en la zona desde 1966 y ha remarcado “que son de baja actividad”.



"No son residuos radiactivos ni basura nuclear sino que son el cúmulo de muestras que históricamente se han ido tomando de la zona en el marco del Plan de Vigilancia Ambiental y que se han devuelto al sitio del que se salieron ya no había más capacidad de seguir guardándolos en el propio Ciemat", ha señalado a Europa Press la directora del departamento de Medio Ambiente del órgano dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, Yolanda Benito.



Benito ha trasladado que, ante la acumulación de “muestreos históricos”, se decidió en 2016 que el sitio adecuado para su depósito era Palomares y ha precisado que el material permanece almacenado en contenedores con medidas especiales.



Juez y parte

Los restos de tierra radiactiva depositada en Palomares tras ser trasladada desde la Avenida Complutense de Madrid han levantado controversia.


Frente a las palabras de la directora de Medio Ambiente del Ciemat, Yolanda Benito, de que "son restos de baja actividad", José Ignacio Domínguez, técnico de Ecologistas en Acción, expone que “se trata, a fin y al cabo de residuos radiactivos, aunque se les quiera llamar de otra manera para quitarle importancia”. Añade Domínguez que “no tendrían por qué haberlos trasladado a Palomares, el Ciemat es muy grande y allí los podían haberlo dejado”. Apunta a que “si son tan inocuos como señala el Ciemat, no tendrían por qué haberlos trasladado más de 500 kilómetros al sur, no tiene ningún sentido, mientras se sigue sin limpiar el plutonio de la zona”.


En este asunto, el Ciemat se puede interpretar que actúa como juez y parte. Es decir, por un lado tiene la capacidad de decidir y al mismo tiempo de evaluar la peligrosidad o no de los restos. El hecho que no se puede poner en duda es que ese material radiactivo -independientemente de su nivel de contaminación- ha sido extraido de un almacén del Ciemat para limpiar sus instalaciones en Madrid para transportarlo posteriormente al Levante almeriense.





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