Ana Julia buscó “hacer más grave el sufrimiento de los padres”, según el juez

Rafael Soriano describe en el último auto “la conducta de desprecio” mostrada por la acusada

Imagen de la acusada en Rodalquilar el día del hallazgo del cuerpo
Imagen de la acusada en Rodalquilar el día del hallazgo del cuerpo La Voz
Javier Pajarón
07:00 • 05 oct. 2018

La instrucción judicial del Caso Gabriel Cruz afronta sus últimas semanas con Ana Julia Quezada contra las cuerdas. Las tres acusaciones solicitan prisión permanente revisable para la autora confesa del crimen y disponen de una larga lista de pruebas de cargo para el futuro juicio con jurado popular.




Quezada, de 44 años de edad, está acusada de un presunto delito de asesinato, cuyo armazón legal está desarrollado en casi 2.000 páginas del sumario; no obstante, tendrá que responder también por presuntos delitos de lesiones psíquicas y delitos contra la integridad moral contra los padres.




La auténtica dimensión de la acusación aparece en el último auto del juez instructor, cuyo contenido adelanta LA VOZ DE ALMERÍA este viernes. Rafael Soriano afirma que Ana Julia Quezada buscaba provocar más daño a Patricia Ramírez y Ángel Cruz tras el crimen. “De forma presunta e indiciaria, la investigada, después de perpetrar su actuación criminal y ante el revuelo mediático que se produjo y las labores incesantes de búsqueda (...) en vez de desarrollar una posición pasiva o de espera, contribuyó activamente a hacer creer a los padres del menor que con seguridad podría haber sido secuestrado y que pedirían un rescate por su liberación”, señala el auto.




“Exhibió de forma pública y notoria un comportamiento compungido y afligido que en modo alguno podía ser real y que estaba orientado presuntamente a hacer más grave el sufrimiento de los padres del menor”, asevera el instructor en el auto judicial fechado el pasado 24 de septiembre.

“El colofón del desprecio”



El documento desarrolla episodios como la colocación intencionada de la camiseta de Gabriel Cruz Ramírez en Las Hortichuelas y los conecta directamente con el sufrimiento ocasionado a Patricia y Ángel. “Ante el revuelo creado por la aparición de la prenda, la investigada, al llegar al centro de operaciones de búsqueda del menor en Rodalquilar, sobreactuó fingiendo desmayo  y una lesión en un tobillo”, continúa.



“Como colofón de su conducta de desprecio hacia los padres (...) procedió a desenterrar el cadáver del menor, introduciéndolo en el coche, y al subir dijo hablando consigo misma y entre susurros: dónde lo puedo llevar yo, a algún invernadero. ¿¿No quieren pez? Les voy a dar un pez, por mis cojones”.




El pasaje, de enorme dureza, aparece contenido con detalle en el sumario del Caso Gabriel Cruz, sin embargo, el auto del juez instructor incorpora menciones expresas y directas a la presunta voluntad de Ana Julia Quezada de continuar generando sufrimiento a Patricia Ramírez y Ángel Cruz.
En este sentido, la fiscal Elena Fernández Lora solicitó la incorporación al proceso de un informe psiquiátrico para evaluar las lesiones producidas a los padres. La prueba persigue acreditar por escrito una realidad palmaria, a saber, los daños psicológicos padecidos por los padres del pequeño Gabriel Cruz Ramírez.




El juez instructor considera que existen indicios para considerar que “tras el fallecimiento del menor a manos de la investigada y el comportamiento antes descrito (...) Ángel Cruz y Patricia Ramírez han sufrido un estado de conmoción emocional que podría haberles supuesto lesiones psíquicas todavía por determinar”.


“El plan y el engaño”
Ana Julia Quezada fue detenida el domingo 11 de marzo a las puertas de su vivienda en La Puebla de Vícar. La Guardia Civil le seguía los pasos desde el hallazgo de la camiseta. Aquella mañana los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) captaron el momento en el que sacaba el cuerpo del menor de la finca de Rodalquilar y lo introducía en el maletero envuelto en una toalla. La detención provocó un auténtico terremoto social. Miles de personas acompañaron a los padres en el funeral en la Catedral de Almería y luego se trasladaron a las puertas de la Comandancia de la Guardia Civil para gritar contra la presunta asesina del niño de ocho años.


Ana Julia Quezada está en prisión provisional en El Acebuche desde el 15 de marzo. El auto del instructor apuntaba ya a un “macabro plan criminal” y al “engaño” sostenido por la sospechosa. De hecho, el propio magistrado Rafael Soriano incorporó la acusación por delito contra la integridad moral a las imputaciones de asesinato y secuestro presentadas por la fiscal.


Dicho de otro modo, el juez prestó especial atención desde el comienzo a las consecuencias del comportamiento de Ana Julia Quezada, presunta asesina de Gabriel, durante los 13 días de búsqueda en el parque natural Cabo de Gata-Níjar. El último auto cierra el círculo.


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