Costacabana: de urbanización extranjera a barrio muy almeriense

La evolución de un núcleo nacido en los 70 junto al mar

paseo marítimo en la avenida Marinera, con vista de La Algaida (a la izquierda)
paseo marítimo en la avenida Marinera, con vista de La Algaida (a la izquierda) Cristina Da Silva
Cristina Da Silva
07:00 • 28 may. 2018

Costacabana nació a principios de los 70 como una urbanización privada financiada por inversores alemanes y británicos. Muchos de ellos, mayoritariamente jubilados, fijaron su segunda residencia en este enclave. 



A partir de los 80, comenzaron a instalarse españoles en la zona. Se trataba, fundamentalmente, de familias con hijos pequeños que la eligieron como amable escenario de sus vacaciones estivales. Poco después, en 1991, se construyó un paseo marítimo en la avenida Marinera, que discurre paralela a la playa. 



Un barrio más



Fue entre 1996 y 1998 cuando Costacabana se convirtió en una barriada más de Almería, por lo que el Ayuntamiento empezó a encargarse de su gestión. De este modo, las instalaciones deportivas con piscina, pistas y bar, que hasta entonces pertenecieron a un club privado de la urbanización, pasaron a manos municipales. 



Hoy, el vecindario se divide en 4 zonas: el centro o Costacabana la Vieja, en el corazón del barrio; La Algaida, al este, y La Solana y El Charco al oeste. La Solana cuenta con viviendas construidas recientemente. El censo recoge a unas 1.500 personas, aunque es posible que la barriada cuente con más vecinos. 



Inicios



“Yo me vine a vivir aquí en febrero del 94. Las calles no estaban asfaltadas, no había luz ni agua corriente. Tenían aljibes en las casas: unos individuales y otros colectivos”, describe un miembro de la asociación vecinal Bahía de Costacabana.



Entre varios vecinos explican que, cuando los almerienses comenzaron a comprar casas en la zona, existía un cierto recelo debido a los olores que generaba la antigua depuradora. “Esto era ‘Costamarrana’, más que Costacabana. Echaba muy para atrás a la hora de adquirir viviendas. En el 98 quitaron la depuradora y la cosa cambió”. 




El aeropuerto

La cercanía al aeropuerto también resultaba ya determinante. No obstante, los vecinos señalan que el tráfico de aviones no es muy denso la mayor parte del año, exceptuando el verano.

“Si estás dentro de casa, no oyes los aviones pasar. Si te encuentras en la calle o en la terraza sí, aunque al ruido te terminas acostumbrando. Lo que más retumba, realmente, son los cazas del ejército. Pero sólo vuelan dos veces al año”, especifica una de las vecinas.

Un factor ligado al aeropuerto que los vecinos consideran positivo es que no puedan construirse edificios de más de dos plantas. En su opinión, mitiga la masificación.


Carencias

Al no existir una densidad de población elevada, la barriada no cuenta con servicios que los vecinos estiman necesarios. En Costacabana no hay supermercados, quioscos, bancos, estancos ni oficinas de Correos. Tampoco cajeros automáticos. Poco se encuentra más allá de una farmacia, una pequeña tienda de alimentación y algunos bares. 


En cuanto a la asistencia sanitaria, “se construyó un centro de salud para que hubiera médico 8 horas al día. Por el momento, sólo hay un ATS que viene 2 horas a la semana. Además, lo quitan en verano, cuando se triplica la población. Al menos, el verano pasado conseguimos que viniera tres cuartos de hora a la semana, de 9:30 a 10:15. Aquí vive mucha gente mayor y es un problema ir al médico porque se encuentra en La Cañada y la conexión de autobús es muy mala. Tenemos la línea 15, pero pasa dos veces al día”. 

En lo que respecta a la conexión con el centro, los pasajeros de la línea 18 sí gozan de una mayor frecuencia de paso del transporte colectivo. 

“Existe un proyecto para modificar la línea 15 y crear una ruta circular que una los barrios de esta zona con la universidad, con una frecuencia de 30 a 35 minutos”, apuntan desde la asociación.




La verbena

El 15 de agosto es el día de la Virgen de Costacabana y, en torno a esa fecha, se celebran las fiestas del barrio en su honor. De origen granadino, la estatua de escayola a la que hoy se rinde homenaje fue adquirida por los propios vecinos en julio de 1983. Durante más de una década se había estado realizando una colecta cuyos fondos se destinaron a dicho fin. 

Una vez comprada, la imagen se llevó a La Cañada, donde permaneció un mes, hasta que fue trasladada en romería a Costacabana el día 15. 

“Normalmente, la verbena se realiza el fin de semana previo al 15, para que no coincida con la feria de Almería. El viernes se hace el pregón, que este año irá a cargo de Juan José Alonso, concejal de Servicios Municipales. El sábado suele haber actuaciones. Esta vez volvemos a traer a Los Vinilos, tras el éxito del año pasado. Y el domingo se organizan otras actividades”. 

Independientemente del fin de semana en que acontezcan las fiestas, la procesión a la patrona ocurre siempre el 15. “Al ser festivo a nivel nacional, podemos realizar la procesión y una paellada que es tradición hacer ese día. Preparamos paella para unas 300 personas y también suele haber música en directo”. 

Asimismo, el denominado “Cine en familia” empieza a convertirse en una costumbre. Consiste en la proyección de películas al aire libre que pueden verse de forma gratuita. “Este año será el lunes 13 y martes 14 de agosto”. 


Halloween

Aparte de las fiestas del barrio, la asociación lleva dos años instalando un pasaje del terror la noche de Halloween. “Este es el único barrio de Almería fuera del centro que cuenta con un túnel del terror. Este último noviembre entraron entre 300 y 400 personas. Tuvimos dos sierras eléctricas, muertos vivientes, a la niña del exorcista… Antes se celebraba una fiesta de disfraces y algunos vecinos instalaban túneles del terror en sus casas. Pero en el centro vecinal nos propusieron hacerlo así y la verdad es que está muy bien. 


Las Cruces de Mayo

Tampoco quedan atrás las Cruces de Mayo. Sin embargo, este año han prescindido de ellas para poder destinar un mayor presupuesto a las fiestas. 

“Para las cruces, se gasta mucho en flores. El año pasado las hicimos y luego fuimos ajustados para las fiestas. Además, sólo pudimos abrir la cruz un día porque hubo mal tiempo. La presentamos a concurso pero, con un presupuesto limitado, era difícil competir con otras que estaban muy bien adornadas”. 

En cualquier caso, este verano el barrio contará con unas grandes fiestas que los vecinos ya están preparando.


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