“Almería tiene una oferta cultural increíble para la ciudad que es”

Michael Thomas es violinista, compositor y director de orquesta. Hoy dirige a 300 niños en El Diluvio de Noé

El músico Michael Thomas, director de la Orquesta Ciudad de Almería y de la Orquesta Joven de Almería, durante la entrevista.
El músico Michael Thomas, director de la Orquesta Ciudad de Almería y de la Orquesta Joven de Almería, durante la entrevista.
Antonia Sánchez Villanueva
11:47 • 12 mar. 2016

El gripazo que acarreaba estos días no le impide llegar a la entrevista con puntualidad británica. Es de esos tipos cordiales con los que la conversación fluye sin necesidad de tirar de cuestionario. 




¿Ha leído la entrada sobre usted en Wikipedia?
No. Me da yuyu. Soy como las tribus del Amazonas que no se miran en el río.




Ahí dice que dirige al mismo tiempo hasta siete orquestas. 
¿A la vez? (Risas) Más o menos creo que he sido el titular de unas siete, sí. Pero  ahora mismo no. (Recapacita) Bueno, si contamos las orquestas jóvenes, sí.Pero no soy titular con sueldo. Todo va por proyectos o por conciertos. 




¿Da la vida para tanto?
Esa es muy buena pregunta porque estoy pensando que este cuerpo ya no aguanta tantos viajes. A Madrid un día, a Sevilla otro día, a Almería otro día, a Inglaterra otro día y tengo que renunciar a algo. Dicho esto, estoy artísticamente feliz haciendo las cosas que hago, no es siempre fácil porque trabajando con orquestas jóvenes tienes a veces la duda de si van a venir a los ensayos, pero dicho eso me encanta trabajar con niños, ponen siempre el cien por cien en la mezcla.




Precisamente hoy domingo se estrena El Diluvio de Noé, un montaje musical con 300 niños. ¿Qué nos podemos esperar?
Hay niños de todas las edades, hasta cinco o seis años, imitando animalitos del Arca de Noé, entrando en desfile al escenario del Maestro Padilla, excelentes solistas de canto como Noé y su mujer, una productora de escena de la Fura del Baus y también todos los padres de los niños pequeños y la orquesta infantil de Almería, con refuerzo de la Orquesta Joven, el quinteto profesional de la OCAL y un timbalero profesional.




Mucha gente.
Creo que nunca he dirigido a tantas personas a la vez. Pero lo más increíble va a ser es el espectáculo.




Dirige la OCAL y la Orquesta Joven de Almería. ¿Aquí hay nivel?
Sí. Hay muchísimo nivel. Lo que pasa es que es imposible tener siempre el mismo. Un año tienes una sección de viento increíble y el año siguiente algunos se van a estudiar fuera. Pero, dicho eso, es una orquesta muy buena hoy en día la OJAL. Y la orquesta infantil, tenemos ahí más de 50 ó 60 niños y están trabajando con Salva, brillante profesor de violín de aquí de Almería; Mari Carmen, flauta… esa gente está dando todo para el proyecto. Y luego voy yo y me pongo la medalla, porque dirijo  el concierto. Pero son ellos, Miguel, por ejemplo, del coro, que ha trabajado todo el tiempo con los niños. 




Usted sería como el Zidane y la orquesta infantil  como la cantera. 
Soy calvo como él y también estoy casado con una almeriense (Ríe). Sí, y es una cantera de muchísimo orgullo. Estamos increíblemente impresionados con ellos. A esa edad avanzan con una rapidez increíble.


Los estudios musicales en la escuela son deficitarios y algunos padres piensan que fuera de ella suman un esfuerzo añadido. ¿Eso se podría mejorar?
Todas las iniciativas científicas están de acuerdo en que la música aumenta la capacidad mental del niño. Si un niño va bien en la música, suele ser un niño que también va bien en los estudios. Y no estamos aquí trabajando en Almería para que salgan después 700 niños cada año a formar parte de la profesión. Va a haber entre excelentes músicos científicos, gente que trabajan en restaurantes, en bancos... En los conservatorios hay de todo, profesores de fiar y profesores que no, y tienes que tener suerte y hacer un poco de investigación con tu niño, buscar información sobre los posibles profesores en cada centro. 


¿Es tan duro como parece?
Sí. Desde luego mis tres hijos todos han estudiado música pero ninguno va a ser músico de profesión. Creo que es porque ven que los fines de semana no estoy nunca en casa. Es bastante sacrificado pero hay otras profesiones que también son sacrificadas.


¿Conoce el Conservatorio de Almería?
Sí. Estuve hace algunos años para las audiciones de la Orquesta Joven de Andalucía. 


¿Reúne las condiciones?
Yo no soy inspector, no tengo la capacidad de opinar. Lo importante últimamente es que los profesores empiezan a tocar más, empiezan a formar sus propios grupos, sus propias orquestas y eso es un ejemplo para el estudiante y es muy importante para ellos también como músicos. Porque es el problema del funcionariado en el arte. No debería haber funcionarios en la música. Si un violinista hace bien su audición de oposiciones y saca la plaza, es una tentación para muchos y he visto ejemplos, dejar el violín en el estuche y no sacarlo más. Y eso me parece fatal pero, por suerte y por inteligencia, son cada vez menos ejemplos de esos, y veo a profesores del conservatorio pidiéndo clase de grupos de cámara que han formado. 


¿Toda la música es música? ¿Usted considera al mismo nivel la música de orquesta que las bandas o los grupos de pop y rock?
Sí. Es lo mismo. Y mi hijo escucha una sinfonía de Shumann que le pongo en el coche en el CD y luego me pone su grupo favorito de heavy metal y lo escucho igual. 


¿Lo aprecia?
Sí, igual que en la música clásica algunas cosas sí y otras no. Todos tenemos nuestros gustos. Mi vida de joven fue escuchando a los Beatles, todas mis hermanas mayores (soy el octavo de nueve hermanos) ponían a los Beatles, Queen, jazz, todos, y esa es mi influencia. Mi música como compositor suena más a Elvis Costello o Paul McCartney, con el que he trabajado, que a Beethoven. Bueno, Beethoven es mal ejemplo porque sí copio cosas de él.


¿Las bandas de música de los pueblos cumplen un papel importante en la educación musical?
Sí, sin duda, y por eso tienen tanto nivel los músicos de viento en España, sobre todo en el Levante. Cada pequeño pueblo tiene cinco o seis bandas, y eso es una garantía, es una educación musical para los niños. He dirigido una vez y fue una experiencia fantástica la banda de Almería, me gustó mucho. 


¿Le va el mestizaje?
Me encanta. He dado clases a grupos de rock, y pido las mismas cosas: la exactitud. La exactitud es lo que hace falta en las orquestas, y está ausente en yo diría la gran mayoría de las orquestas mundiales. Si tú escuchas un grupo de rock en condiciones nunca escucharías un acorde que no va perfectamente juntos, no lo aceptan. Y trabajan mil veces para que no salga así. La gente está acostumbrada a escuchar un más o menos en la música. 


¿Usted es muy exigente, muy perfeccionista?
En ese sentido sí. Mi vida durante 25 años en el cuarteto Brodsky fue eso, intentando poner cuatro voces totalmente juntas, precisas, de afinación, de pulso, de ritmo, de ataque. No soy la excepción. Mucha gente lo está haciendo. Pero el obstáculo es grande porque los músicos en algunas orquestas profesionales no lo admiten porque quieren entrar allí, y hacer su ensayo e irse a la casa. 


¿Usted podría haber sido otra cosa distinta?
Yo jugaba para el equipo de fútbol del colegio, coleccionaba los programas de mano de los partidos del equipo de mi pueblo y al lado los programas de los conciertos clásicos a los que asistía y un día mi madre limpiando mi habitación me tiró los de fútbol. 


¿Qué hace un inglés que podría estar en muchos sitios del mundo en Almería?
Conocí a mi mujer en Granada y es de Almería. Nos conocimos en el año 88 en un sitio muy romántico, la Alhambra de Granada. Yo estaba haciendo una gira por España con mi cuarteto y nada más terminar mis compañeros volaron a Londres pero una hermana mía me había dicho, mira Granada tienes que verla, entonces me quedé un par de días y conocí a Marina, y un par de meses más tarde nos casamos.


¿A qué suena Almería?
A veces suena a viento, porque el viento sopla aquí… ¡madre mía! Almería es para mí la combinación de sus culturas, tiene una oferta cultural increíble para una ciudad no tan grande como Barcelona o Madrid. Tiene también un sistema de orquestas jóvenes, todas las cosas que a mí me interesan, cada vez hay más coros, más orquestas, más cosas nuevas en la cultura y en el arte. Eso para mí es Almería porque huyo de la playa y no me gusta el sol. Almería es la familia de mi mujer y la cultura. 


¿Es usted partidario del Brexit?
No. Yo soy partidario de echar a Gran Bretaña de la Unión.


Curioso.
Sí, no soy de aquí, pero soy de Europa. Soy británico medio belga, fíjate. O eres miembro de este club o no. Dicho esto, espero que no salgan de la Unión porque va a ser mucho más difícil para todo el mundo, la fluidez de ir allí, para mi hija que trabaja en Londres, para todos los españoles que están allí. Ya a muchos les están tratando mal, como si fueran gente de segundo nivel.


Sigue me imagino la actualidad política de estos momentos.
Sí, es como una ópera muy interesante del siglo XIX con tanto complot. 


Si tuviera que ponerle música, ¿cuál sería?
(Se ríe) La única cosa que opino yo es que nadie sabe y todo el mundo habla como si supiera. Hace falta un poco de reflexión.


 



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