Producir más comida, pero con menos recursos

La mejora genética jugará un papel crucial en un mundo más poblado y con menos agua

El Desayuno profundizó en los retos globales del sector
El Desayuno profundizó en los retos globales del sector
Jacinto Castillo
11:27 • 26 sept. 2017

Pedro Manuel de la Cruz invitó a los participantes en el Desayuno organizado por La Voz de Almería sobre el futuro de la mejora genética en Almería a  reflexionar sobre las expectativas que generan dos fenómenos que van converger a la mitad de este siglo en todo el mundo, como es el incremento de la población y los efectos del cambio climático. De la Cruz apuntó que las previsiones hablan de un mundo poblado por cerca de 9.000 millones de personas en 2050, muchas de las cuales podrían vivir en zonas con dificultades sobrevenidas por las consecuencias de una severa modificación de las condiciones ambientales.




Al hilo de este planteamiento, Jerónimo Pérez Parra aportó un dato tan contundente como preocupante: “en el último tercio del siglo pasado se ha perdido un tercio de la superficie cultivada en todo el mundo, a consecuencia del cambio climático”. El presidente del Ifapa defendió el esfuerzo en investigación como el pilar básico para afrontar esta abrumadora problemática, “sobre todo aprovechando el material genético”.




Francisco Petit, ahondó aun más en esta cuestión, presentando dos escenarios distintos en este contexto. Por un lado, la necesidad de aportar mejora genética para combatir el hambre en países en desarrollo y, por otro, mejorar la renta de los productores en regiones más desarrolladas.




Los representantes de las casas de semillas en este encuentro, confirmaron el alto grado de compromiso del sector ante este reto global. En concreto, Luis Martín, de Syngenta, dijo que no sólo habría que conseguir variedades con mayor capacidad de rendimiento en menos espacio, sino que tendrían que ser capaces de desarrollarse en peores condiciones en cuanto a la disponibilidad de agua. Por su parte, Javier Rodríguez, de Semillas Fitó, coincidió en la necesidad de seguir investigando para encontrar soluciones.




Duchas soluciones deberán tener en cuenta cambios sociológicos que ya han comenzado a manifestarse como el incremento de la media de edad de la población en regiones desarrolladas y la mejora en las pautas alimenticias en sociedades emergentes. Ambas componentes inciden en una mayor demanda de frutas y hortalizas frescas.




La cooperación como clave estratégica




José Antonio Aliaga, jefe de Servicio de Agricultura, Ganadería, Industria y Calidad en Almería, recordó la importancia que para el sector hortofrutícola almeriense representó la incorporación de la técnica de los marcadores moleculares de ADN para la identificación de variedades que incorporaron hace ya más de una década las casa de semillas.




Gracias a esta técnica mejoró considerablemente la percepción del agricultor respecto a las semillas que elegía para su invernadero.


Este salto cualitativo, según Aliaga, estuvo acompañado de una colaboración estrecha entre el sector y la administración andaluza, en beneficio de la transparencia de un mercado en el que se ofrece algo tan esencial para los productores como es una nueva variedad.


Antes de esta intervención, Pedro Gómez, investigador titular del Ifapa, había puesto sobre la mesa un caso particular en el que la actividad investigadora desde el ámbito público había sido importante para orientar la mejora genética en el caso del calabacín.


Pero no sólo la colaboración entre el sector público y el privado ha sido importante en materia de investigación. Aliaga defendió también el espacio de cooperación y diálogo que existe entre la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural y el mundo de las casa de semillas, representado fundamentalmente por ANOVE. Un espacio en el que también se aborda la necesidad de controlar la protección de la propiedad intelectual sobre las nuevas variedades hortofrutícolas.


Jerónimo Pérez Parra, presidente del Ifapa, globalizó este tipo de reflexiones en una afirmación definitoria, dejando sentado que “la cooperación entre empresas de semillas, productores y comercializadores e instituciones públicas representa un valor estratégico de futuro”.


Ahondando en esta idea, Pérez Parra ofreció un dato contundente: el 45% de los proyectos de investigación en los que interviene el Ifapa, relacionados con la actividad agrícola están participados por empresas privadas.



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