Al descubierto los misterios de la casa de Ciudad Jardín cerrada desde los 90

Comienzan las obras de demolición poniendo fin a tres décadas de okupas y leyendas

Estado actual de la casa, con las obras de desmantelamiento ya iniciadas.
Estado actual de la casa, con las obras de desmantelamiento ya iniciadas. Víctor Navarro
Víctor Navarro
19:25 • 30 abr. 2024

Ni los golpes del marro usado por los albañiles para abrirse entre las paredes, consiguieron perturbar el sueño del último 'okupante' de la vetusta casa. Aún desperezándose atendía a la orden del capataz de la obra para abandonar el inmueble de inmediato. Acababa de llegar el progreso, poniendo fin a treinta años de cierre, abandono y a su estancia en 209 metros cuadrados de historia de Ciudad Jardín.



El futuro tiene planes para el número 15 de la calle de El Salvador. Lo que a día es el cadáver de un edificio original de la urbanización del barrio, derivado a vertedero, en poco más de dos semanas será un solar arrasado por las maquinas de demolición para convertirse en dos viviendas unifamiliares a medio-corto plazo. No en vano, el arquitecto de la actuación se encuentra revisando todos los puntos de apoyo y estructuras, pera evitar el daño a inmuebles adyacentes.



Los vecinos, ávidos de conocer la historia que guarda este lugar cerrado desde 1993 o 94 (según a que vecino se pregunte), curiosean en las inmediaciones de la obra expectantes la revelación de sus secretos tras décadas de misterio y abandono. Y es que esta casa ha acaparado miradas, preguntas y teorías. Y en verano repulsa por el hedor que llegaba a desprender.



Esplendor decorado con armaduras y escopetas



Construida en a finales de los años 30, y con referencia catastral de 1943, la casa ha estado a cargo de tres familias, pero cuentan los vecinos más antiguos que el esplendor de la finca se vivió cuando moraron en ella los Puerta - Del Mercado. Aquellos que conocieron el interior de la casa recuerdan una amplia colección de armas y armaduras decorando la casa y un retrato de una chica presidiendo el comedor. "Era la hija de la familia. Falleció joven, y era una niña preciosa que llegó a ganar un concurso de belleza", dice una vecina. "De niño me daba miedo, tenía unos suelos combados que parecían venirse abajo", relato otro.



La última alcoba eran los dominios de José: 'Pepito' para sus amigos y vecinos. A diferencia de su padre, 'Pepito' no siguió la carrera militar y dedicó sus esfuerzos a la abogacía y la interpretación musical en conocidos pubs de Roquetas de Mar. Hombre conocido entre sus vecinos, coqueto, de esos que andan hecho un 'pìnchito' fue el último de los hermanos en abandonar la casa tras la muerte de su madre Doña Emilia y Lucía, su fiel ama de llaves.



"Tenía una biblioteca espectacular, con muebles colosales labrados en estilo barroco", esa descripción más propia de un pasaje de Sherlok Holmes eran 'Sancta Santorum' este abogado. Sin embargo, un día este popular personaje desapareció. Pasaron 18 jornadas sin noticias del letrado José o el músico 'Pepito'. Las vecinas preocupadas por su paradero alertaron a las autoridades, y "el 1 de julio del 93, si no me falle la memoria, encontramos a 'Pepito'". Bomberos y policía abrieron las puertas de la casa, hallando sin vida al último morador de los Puertas - Del Mercado.



La decadencia de un vecino de toda la vida

A partir de entonces, la casa paso a manos de una tercera familia y cerró sus puertas durante treinta años hasta el pasado viernes cuando entraron los albañiles. La fachada aún conserva bajo la capa de pintura, retazos de colorante rojizo del cargadero de mineral que teñía las paredes. Con los últimos propietarios, la casa ha experimentado la decadencia, y aún así, el halo de misterio en torno ella no se desvanecía. Los niños de los 90 han mirado a la vivienda abandonada y se han hecho teorías sobre ella y su estado de parón, ante el desarrollo del barrio. "Es de un 'broker' que vive en Inglaterra" llegaba a construirse una leyenda más propia de jugar al 'Teléfono Escacharrado'. Desvirtuada.


Según una vecina, esta última familia tuvo un hijo, del que no están muy seguros de ser abogado o corredor de bolsa, pero sí que vive en las islas británicas. "Incluso barajó la idea de instalar un sistema electrónico para tener controlada la casa desde Inglaterra".


Pasó el tiempo, el jardín se volvió salvaje y descuidado y la basura campaba a placer incomodando al resto de vecinos por el mal olor y por la existencia de insectos y no obstante, la casa no dejó de tener inquilinos. Al menos cinco okupas han habitado la vivienda, algunos hasta han sido padres entre entre esas precarias paredes.


Ya no queda nada, ni okupas, ni familias señoriales de militares y abogados, ni siquiera la mayólica de la Virgen del Carmen que presidía la entrada, tan solo la cuenta atrás para su derribo y los planes del arquitecto que ha concebido dos viviendas adosadas para sus futuros moradores.


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