La decadencia de Occidente

Fermín Bocos
23:40 • 24 nov. 2015

Un comando de yihadistas asesina a 130 personas en París y poco después, tras reconocer que es un acto de guerra, los líderes políticos del vecino país -y también los españoles- dicen que el objetivo de los terroristas es acabar con nuestro modelo de vida y los valores que apareja: el respeto a los Derechos Humanos, la libertad como irrenunciable conquista ciudadana y la democracia. Los mejores frutos del humanismo. Se les llena la boca al proclamar que esos son los pilares sobre los que se asientan las sociedades democráticas occidentales organizadas sobre los derechos de los ciudadanos, la separación de poderes, los Estados laicos y las prácticas religiosas en el ámbito de la esfera privada. Estos son los valores en los que creemos y por los que estamos dispuestos a respaldar a nuestros gobiernos en su lucha contra el terrorismo .
Nuestra fuerza para luchar contra esta nueva y globalizada amenaza procede de los valores que compartimos. Valores que nacen de la Filosofía, el Renacimiento, el Humanismo (que tiene muchas raíces, además de las cristianas) y la Ilustración. Conceptos que, paradójicamente, son desterrados de los planes de enseñanza  por los mismos gobernantes que los invocan en las grandes situaciones.
Lo denuncia Massimo Cacciari con palabras que no admiten réplica: “Europa se destruye al marginar la Filosofía”. Este filósofo que fue alcalde de Venecia, habla de Europa en general y de Italia en particular, pero en España tenemos ejemplo de esa misma deriva. El ‘Plan Wert’ margina las Humanidades. De los planes de estudio desaparecen Filosofía,  Latín, Griego y Música. Y la Literatura pierde aire universal para tornarse provinciana. Hemos oído mil veces a Mariano Rajoy (y para el caso a Pedro Sánchez) hablar del PIB y las nuevas tecnologías, pero nunca de la razón de ser de los valores que compartimos. Padecemos una generación de políticos con más  televisión y fútbol que libros y eso se acaba pagando (...). Un error que pagarán nuestros hijos. Es apostar por la decadencia de Occidente.







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