Reconozco no entender las primarias de Podemos en Almería

Juan Torrijos
01:00 • 30 jul. 2015

De justicia es reconocer el buen talante democrático demostrado por el señor Quintos. Reconoce que ha salido derrotado ampliamente y con cierta rotundidad; que lo ocurrido en las primarias tiene que hacerle reflexionar sobre su futuro político y agradece los quinientos votos recibidos y que confiaban en él. Pero no han sido suficientes para la victoria. El que otros candidatos a las primarias de Podemos le hayan superado: María Pérez, Sergio Aranega y Antonio Almagro, ha debido ser duro para don Raúl, pero su salida ha sido educada y edificante. En política, cuando se juega, se puede ganar, pero también se puede perder. Morder el polvo, que se decía en las películas del viejo oeste rodadas en tierras secas y áridas de Tabernas. Se traga mal el polvo, se agarra a la garganta, no te deja respirar y te falta agua, como le ocurre a los campos del levante almeriense. La democracia (¡puñetera democracia en algunos momentos!) tiene estas cosas: te puede vencer una simple papeleta. Todo lo dicho anteriormente no sirve. Al final Gordillo y Cañamero han ganado en Almería. No lo entiendo, pero así nos lo han anunciado.


Lo que tampoco entiendo de las primarias de Podemos es que los votos no marquen la diferencia entre los candidatos. María Pérez, la ganadora de un sector en Almería con 2.430 votos, no tiene asegurado el que sea la candidata por su partido por nuestra provincia. Un as en la manga de los jefes de Madrid o Sevilla (siempre el centralismo, unas veces Madrid, cuando no Sevilla) pueden poner un candidato cunero o no al frente de la lista de Almería. Se decía que los cuneros sólo llegan por la derecha, habrá que empezar a cambiar el discurso. Cada partido hace con su vida interna lo que le da la gana, no dejan de ser sectas con unas reglas por ellos elegidas y admitidas. Y estoy de acuerdo, el que quiera que se apunte y el que no se puede dar de baja. 


Pero entonces que no vengan presumiendo de democracia interna, de primarias, de legalidades y otras zarandajas. Hacen las reglas para el dominio y poder de sus jefes, y si tienen que buscar rendijas, la democracia, tristemente, siempre se las presta.




De los Juan Manuel Sánchez Gordillo-Diego Cañamero escribiremos otro día.






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