Ellas vienen siendo un ejemplo en la política municipal almeriense

Juan Torrijos
01:00 • 13 may. 2015

De los 102 municipios que tiene nuestra Almería 16 están comandados por mujeres. Las hay con años de servicio a sus vecinos, otras han llegado en la última hornada municipal. Algunas con sombres y luces, la mayoría con un trabajo callado, sin grandes alardes en la prensa pero que se han ido ganando el apoyo, el cariño y el respeto de sus gentes. Caso como el de María Isabel Sánchez de Rioja, o la sustituida a última hora Remedios López de Santa Fe. Junto a estas veteranas de la política municipal han aparecido otras como Mar López, en Viator, María Ángeles Morales en Pechina. A Bentarique llegó Dolores Castro, Antonia Guil a Alboloduy. A destacar Rosa María Cano en Mojácar, donde aquí las sombras pueden más que las luces. Pero si hacemos la media sacaremos la conclusión de que las mujeres que se han ido incorporando a las alcaldías han respondido mejor que los hombres. Incluso algunas que lo dejaron, caso de Adela Segura en Zurgena o Mercedes Tapia, que lo anuncia. Sin olvidar a Nieves Jaén en Tabernas, Virtudes Pérez en Las Tres Villas, o la destronada Águeda Cayuela en Uleila del Campo y alguna otra que no recuerdo y a la que pido disculpas por el olvido.


¿Son mejores ellas como alcaldesas que ellos como alcaldes? Cuesta trabajo llegar a una conclusión, haría falta un estudio sobre la cuestión, pero da la impresión de que la cercanía de la gestión al ciudadano parecen entenderla mejor ellas que ellos. Y junto a esa cercanía, la sensación de que están más por el trabajo que por la apariencia política a que tan aficionados son algunos alcaldes, por no decir la gran mayoría. Si en las direcciones de los partidos hubiera más mujeres, cosa que no ocurre, seguro que en Almería tendríamos más de 16 mujeres al frente de las alcaldías. Pero el avance es imparable, lo siento por vosotros. La imagen que se vienen ganando en los pueblos donde gobiernan así lo pregona y lo exige. Ellas han conseguido abrir las puertas de los ayuntamientos como nunca lo han estado y dar la sensación de que las casas consistoriales se han convertido, de verdad, en las casas de todos los vecinos.


Si nos paseamos por el mapa de la corrupción los nombres de ellas aparecen más alejados de la misma. No digo que no haya, pero lo deben estar haciendo mejor que los hombres.







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