Triste oficio

En este plan Ana Mato no dimitirá nunca así se lo pida la Conferencia Episcopal

Kayros
23:14 • 17 oct. 2014

Tiene que resultar patético levantarse todos los días con la misión de escribir un artículo en defensa de nuestro partido. Si la tercera recesión amenaza, el periodista dirá para arreglarlo que en España crecemos al seis por ciento. Si se trata de criticar la corrupción, el lodazal será culpa de los otros. En nuestra ideología jamás tuvo lugar un Gurtel o unos escándalos por los cursos de formación. En vista de esta inexorable mirada partidista (nunca mejor dicho) el periodista dice. “A mí qué. Yo me limito a obedecer y colaborar sin preguntarme nunca cual es el origen de las tarjetas opacas, (como le ha pasado al inspector de Hacienda,Miguel Blesa o al exdirector del Fondo Monetario Internacional, Rodrigo Rato). En este plan Ana Mato ( bonito apellido para ser ministra de Sanidad) no dimitirá nunca así se lo pida la Conferencia Episcopal. Siempre habrá un técnico pagado por el partido, que se invente razones, eufemismos o subterfugios con objeto de entretener a la gente llevando el agua a su molino. De ahí que todos los años el periodista necesite irse en vacaciones a un lugar incontaminado. Estar los trescientos sesenta y cinco días dale que pego sobre la corrupción nacional y otros vicios pone en peligro la independencia informática asi como el equilibrio mental. Por eso es bueno viajar allí donde no esté la Mato ni el Maluenda. Es una cura más urgente. Para mí lo peor de las tarjetas opacas es ver las caras coloradas y congestionadas de estos señores del dinero. Asiste uno a una conferencia sobre el idealismo platónico en la cultura artúrica y los ves que te miran como si estuvieran pensando en la pierna de cordero que se van a comer cuando salgan, ¿Y los vinos? ¿ Qué vinos beben estos portentos de la pasta pública para gastarse 9.000 euros en una sentada? Así no me extraña que el optimismo antropológico les dure hasta después de la siesta. ¡Cómo ríen! ¡Cómo se reúnen para darse noticias positivas sobre el mundo! Eso que cuentan, piensan ellos, no es verdad. Siempre hubo tarjetas opacas, y no ya desde el 2008, sino desde principios del Jurásico. Claro que cuando estalla la mentira y los ladrones se las ven y se las desean para defenderse del pueblo que los llama chorizos, entonces viene el periodista haciendo juegos malabares con las palabras. Para eso estamos.







Temas relacionados

para ti

en destaque