Anecdotario de “Expresiones”

Irremediablemente, el titulo y parte de la letra de la añeja canción del Dúo Dinámico “El final del verano” se impone en este lunes de resaca que abre el mes de septiembre. Con el final del verano los globos de papel, las guirnaldas y los adornos que han conformado el firmamento festivo de nuestros pueblos y ciudades se disipan sobre la bajamar anímica de la vecindad que ha de partir. Pero los principales protagonistas de las fiestas   populares  no son los únicos que parten. Con ellos se va la música,. Y los músicos, profesionales de la diversión y de la carretera, quienes en su errática vida acumulan glorias e historias para cantar y contar. 

Una de estas formaciones musicales almerienses,  la Orquesta Expresiones, con 44 años a sus espaldas, sabe de experiencias  en su nómada carrera . Uno de los integrantes de la primitiva formación, el bajista Pedro Piñero, conoce  incontables anécdotas. Tal es el caso de un espontáneo vecino de Gádor, que en el transcurso de una actuación solicitó un pasodoble para cantarlo sobre el escenario. En lugar de tararear el pasodoble ante un micrófono lo hizo frente al mástil de una guitarra y ante un destornillador que el intrépido vocalista utilizó convencido de que se trataba del micrófono. Otra historia del anecdotario de oro de “Expresiones”, acaeció en un pueblo de los Filabres, antes de que la formación contase con instrumentos de viento. A la hora de la procesión, las autoridades municipales dispusieron  que la orquesta acompañase el cortejo. Pese a que los músicos expresaron  la imposibilidad técnica, la autoridad  creyó que amplificadores y altavoces podían sonar en caravana tras la comitiva procesional, por lo que, incluso, ofreció algunas mulas y burras para acarrear los equipos. Al final, pudo más la evidencia que el deseo. Es solo una muestra del rico y amplio anecdotario que atesora la valorada Orquesta Expresiones.