El problema del absurdo cartel

Ya sobra el discurso, el que divide y el que hace posible errores como el del cartel

Europa Press
Javier Adolfo Iglesias
09:33 • 23 may. 2024

Sobre el absurdo cartel con niño, la alcaldesa ha actuado con rapidez y honestidad, pero lo peor no ha sido el descuido en sí sino que no aprendamos del mismo, por no ir al fondo del asunto. Nadie ha recordado que el mensaje del anuncio coincide con aquella otra metedura de pata de Irene Montero en septiembre de 2022. Entonces dijo la ministra: “Los niños, las niñas y les niñes de este país tienen derecho a conocer su propio cuerpo, a saber que ningún adulto puede tocar su cuerpo si ellos no quieren”. ¿Cómo es posible que cometan el mismo error la exministra de Podemos y una edil del PP?  Muy fácil: el hechizo de las palabras huecas no hace distingos y hace mucho que la sociedad entera cayó en un hoyo de charlatanería al abordar la violencia de género. Del ‘no es no’ pasamos al ‘solo sí es sí’ en un pensamiento-pancarta que no distingue a un supuesto experto de un publicista y de un político.



Nadie recuerda hoy que en 2004, todos los 320 diputados del Congreso dieron su apoyo unánime a la primera ley específica contra estos delitos propuesta por Zapatero. Sí, el PP también. Y sin embargo, desde entonces, a lomos de las palabras, nos dividieron entre malos y buenos, entre “feminazis” y “machirulos del patriarcado”, en una visión dogmática, simplista y lo peor, nada efectiva, porque las agresiones sexuales han aumentado. Ha importado más la autocomplacencia que la eficacia, la pose que la acción, las palabras que las medidas. Ahí está también la fría e inhumana coletilla “un nuevo caso de violencia de género” para informar de cada tragedia. Se han tomado medidas buenas: el sistema Viogén, juzgados y policías especializados, pero ya sobra el discurso, el que divide y el que hace posible errores como el del cartel.










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