Todos a las órdenes de Susco

Ya sé que hay tertulias calientes que escrutar y tibias que resignificar, pero cuando prestábamos atención a las cosas verdaderamente importantes, supimos que la Mesa del Congreso, con apoyo del PSOE, PP y Vox y el voto en contra de Podemos, rechazó admitir a trámite la ley de amnistía presentada por los independentistas para beneficiar a los condenados por el golpe en Cataluña en 2017. Y se rechazó contundentemente porque aquella golfada jurídica no sólo era un bofetón a la igualdad de todos los españoles, sino porque su espíritu vulneraba la Constitución. Pero eso era antes, cuando Sánchez no necesitaba el apoyo de absolutamente todos los votos posibles para mantenerse atornillado al poder. La actual legislatura, que apunta maneras para batir todas las marcas del ultraje, ha llevado al gobierno del PSOE a saltarse todos los controles y a demostrar que no hay organismo, institución o resorte del Estado que no esté a al servicio directo de Pedro I el Falso. Todos a las órdenes de Susco. Y así, en un conflicto cameral sin precedentes en la historia de España, el Congreso ha acabado acusando de injerencia al Senado por pedir la retirada, por inconstitucional, de esa misma iniciativa legal, antes indeseable, que Sánchez quiere asegurar ahora. El Senado dice lo mismo que antes decía el Congreso, pero eso no importa en Pedrolandia, en donde lo que antes era inconstitucional ahora es plenamente constitucional. Todo por los siete votos de los independentistas. Y cuando un particular le recrimina al Gran Timonel la poquísima vergüenza que gasta, y lo hace además en un acto público gritándole “Por siete votos tienes el culo roto”, la reacción de la sanchosfera ha sido recurrir al comodín de la homofobia. Es cierto que la expresión es algo tosca y chabacana , pero retrata sin filtros la indignidad de un personaje capaz de cualquier cosa con tal de mandar un día más. Y es que cuando alguien señala la luna, siempre hay quien se limita a mirar el dedo.