A Sánchez en el alambre le agitan

Solo se puede formar Gobierno en España atravesando un alambre sobre el vacío sin red

Manuel Campo Vidal
00:04 • 17 oct. 2023

Descartadas las mayorías aritméticas, porque el empate es monumental, solo se puede formar Gobierno en España atravesando un alambre sobre el vacío sin red. Es ejercicio muy difícil el que Pedro Sánchez intenta, pero por si fuera poco, la derecha radicalizada y los independentistas zarandean los postes que sostienen el hilo tendido.



Si el candidato a Presidente no logra cruzarlo antes del 26 de noviembre (fecha límite) iremos a repetición de elecciones el 14 de enero. La derecha lo sueña, convencida de que subirá lo suficiente para que Feijóo sea investido. Se ganó ante los suyos su condición de candidato. Si Sánchez fracasa, y no hay amnistía o algo parecido, irán a juicio unos mil doscientos imputados en el “procés”. Pero el independentismo se llevaría el premio de consolación de tener enfrente a una derecha centralista que le permitiría acumular agravios y así crecer electoralmente. Sin duda, los cinco años de Sánchez no han sido buenos para los nacionalistas radicales. El clima en Cataluña se ha pacificado, hay menos confrontación y las candidaturas de Esquerra Republicana y Junts han retrocedido, incluso en municipales. La CUP ha desaparecido del Congreso.



Solo esa realidad de fondo explica el exhibicionismo verbal en estos días tan delicados y tan decisivos para llegar a un acuerdo de Gobierno. La derecha observa complacida los insultos de su fracción más rancia que en el desfile de la Fiesta Nacional le gritaba a Sánchez “Que te vote Txapote”, en alusión al asesino en serie de ETA. “La calle es del PP”, declaraba horas antes Elías Bendodo, dirigente popular, rememorando lo de “la calle es mía” de don Manuel Fraga al inicio de la Transición. Salió en horas a corregirse declarando que “la calle es de todos”.



En el entorno de Sánchez, sus “hooligans” dan por hecho que lo conseguirá. Pero Esquerra sigue hablando de autodeterminación y Junts espera señales de Puigdemont. Todo depende de dos hilos: el alambre del equilibrista Sánchez y el hilo telefónico. Atentos.







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