Festivales

Cada festival tiene sus propios atractivos, su originalidad y su público

José Luis Masegosa
21:30 • 06 ago. 2023

Siempre he mantenido que agosto es la miel del verano, el néctar de la infancia que alimenta la vida añorada de cada cual. En días como los de ahora, la feliz remembranza habla de un tiempo lejano y sumido en los grandes aconteceres festivos de nuestra tierra, de un patio del colegio La Salle donde en los primeros días de agosto de 1970 Almería se sumaba a los veteranos nombres de las ciudades que en Europa acogían los populares festivales de entonces, sobre todo el pionero de San Remo y su correlato de Benidorm. Los mandamases locales  de aquella época  no  dudaron en incorporar a nuestra capital de provincia a la nómina española de escenarios festivaleros, y lo hicieron con una extensa y recargada nominación: I Festival internacional de la Canción en la Ciudad luminosa de la Costa del Sol. A esta primera edición le siguieron cinco  más por las que se pasaron las voces más sobresaliente del panorama musical del momento, hasta que cinco años después aquel festival que nació con mucho empeño cerró sus puertas en un escenario nuevo, el de Plaza Vieja. 



Tal vez,  con el tiempo, aquellos seis certámenes sembraron la semilla del prolijo panorama lúdico y festivalero de nuestra provincia, la geografía provincial  sube a las tablas del verano y se nos representa en clave de sol, bien por iniciativa pública o privada. Cada festival tiene sus propios atractivos, su originalidad y su público. Con el aplauso para todos me quedo con dos: El “Peperock”, surgido a instancias privadas en el mesón Casa Pepe de Oria, donde todos los veranos se concentra  la rica fauna musical local en un alarde de maestría e imaginación. En el ámbito público recomiendo los “Rincones de música y palabra”, también de Oria, un festival ideado y desarrollado  desde 2009 por el técnico cultural y poeta, Ginés Reche, que ha contado con el apoyo de las corporaciones municipales orialeñas desde su inicio y de la Diputación y Cosentino, recientemente. Un encuentro alejado de los estándares comerciales en el que el patrimonio histórico, cultural y natural se dan la mano a través de la música y la oratoria, y por el que pasa  un elenco de nombres de primera fila. Unos “rincones” que se han convertido en un referente de los festivales del Sureste. Son nuestros festivales.









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