El exministro José Barrionuevo defiende a Juan Enciso tras el Caso Poniente

“Al que fue un buen alcalde, su dedicación le ha salido cara. A su familia también”

José Barrionuevo Peña
21:45 • 12 abr. 2023

Siempre me sorprendo que personas de buena fe se manifiesten con una seguridad sin fisuras en sus opiniones, ante acontecimientos o sucesos que presentan aspectos contradictorios. Mi experiencia de la vida, ya larga, me ha llevado a lo que un buen amigo define cómo: sentimientos claros, dudas en las opiniones. 



Se me ocurren algunas reflexiones: En primer lugar, respecto a la iniciación del Caso. Aunque hubiera algunas diligencias y actuaciones previas, para la mayoría de los ciudadanos, para mi entre ellos, el Caso comenzó el 20 de octubre de 2009. En ese día se produce un despliegue policial en El Ejido cómo nunca se había visto y, seguramente, nunca se verá. Participa incluso un helicóptero que sobrevuela la Ciudad. La finalidad era detener al alcalde, que estaba en su despacho, y a otras personas, su hija entre ellas, en el lugar en el que trabajaba, a la vista del público y compañeros (creo que no fue acusada de nada). Todos los detenidos y, por supuesto, el alcalde habrían acudido sin problema a cualquier citación al Juzgado. Recordé entonces, y también me ha pasado en otras ocasiones, las lecciones recibidas de Procesal, en la Facultad, por el excelente profesor Jaime Guasp, hace ya ¡ay¡ mas de 60 años. Ahora citaremos el art. 520 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal de 1882: “La detención, lo mismo que la prisión provisional, deben efectuarse de la manera y en la forma que perjudiquen lo menos posible a la persona y a la reputación del inculpado”. La redacción actual del art. es muy similar y su sentido idéntico. Ya sé que no se cumple y eso debería preocuparnos. Es muy frecuente que las cámaras de TV estén avisadas y preparadas para filmar la detención de personas en situación desfavorable, aflictiva o infamante.



Otra cosa



La derivación lógica de esas detenciones y ese despliegue no podía ser otra que la de una gran atención y repercusión en los medios locales.  Normalmente optaron, como vosotros, por considerar que estábamos ante un enorme caso de corrupción, uno de los mayores de España e, incluso, Europa. Me ahorro la cita de calificativos que, pese a todo, aún se repiten. Pero lo cierto es que la instrucción fue languideciendo y la realidad de las prácticas judiciales no parecía coincidir con las valoraciones iniciales. A no pocos almerienses de nación y vocación nos parecía mejor que el Caso, tan exagerado, no fuera para tanto y que se sacara a nuestra comunidad de los primeros puestos de la desmesura en los que se había querido colocarla.



Consideraciones sobre el contenido de la Sentencia
Nos fijaremos en especial en lo que se refiere al alcalde.  La Sentencia declara que: “Los rendimientos económicos percibidos por Juan Antonio Enciso procedían, básicamente, de su sueldo como alcalde y dietas por su asistencia a los Consejos de Administración, principalmente Elsur”. Le absuelve, igual que a todos los acusados, de los delitos fiscales y también del delito de cohecho pasivo por no haber quedado acreditado que se apropiara de otras cantidades y no apreciarse incremento de su patrimonio. Juan Enciso sigue viviendo en su pueblo. Sus vecinos le ven y conocen y saben que vive en la misma casa en la que siempre ha vivido su familia. Sus bienes son conocidos y la finca que compró en Laroles para cultivar viñas, allí está. Los que quisieron pintarla como una reedición de la Alhambra, allí la tienen. Seguro que se la pueden vender por un precio muy asequible a cualquier persona de renta media.



Al que fue un buen alcalde de su pueblo, su dedicación le ha salido cara. A su familia también. Con todo, cometió un gran error. Nunca le he votado, ni a sus partidos tampoco. Confió en exceso en el gran apoyo ciudadano que tuvo y erróneamente, para mi, decidió enfrentarse a su partido, el PP. En alguna ocasión pude hablar con él y también con quien ha sido su sucesor y con él fue un excelente Concejal de Urbanismo, Francisco Góngora. A los dos traté de persuadirles de que no rompieran con el PP. Me parece que el bipartidismo, con sus imperfecciones e inconvenientes, es menos malo para España, que el multipartidismo. No tuve éxito, aunque Gongora rectificó al poco. También ha tenido su persecución que, espero, pueda superar. Esa confrontación con el PP, organización de gran influencia política y social, estuvo en el origen y desarrollo de  los problemas de Enciso. Sus antiguos compañeros quisieron destruirle y al final lo lograron.



Enciso ha sufrido la peor condena, 14 años de incertidumbre para él, su familia y allegados y aún a algunos les parece poco. La Justicia en España, pese a algunas apariencias y posiciones intransigentes, es bastante independiente. Por supuesto es independiente de los poderes políticos y de los económicos. Una amiga intima y querida, hija de Magistrado, decía que los jueces eran dioses pobres. Donde mas sufre su independencia es con la presión mediática. Oí decir a la jueza Manuela Carmena que eso era lo que causaba más temor a los jueces. Ahí puede estar la explicación de las  residuales condenas en este Caso. Los Magistrados podían haber considerado que todo él era una desmesura, pero con la que se había montado no era prudente reconocerlo de plano sin más. De todas formas, han hecho bastante. Se han atrevido, con ambiente mediático hostil, a dar pasos importantes en el camino de la justicia y se merecen que lo digamos.




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