Breve encuentro

“Es increíble que la mayoría de los almerienses ignoremos por la existencia de este autor“

Beatriz Torres
09:00 • 01 sept. 2022

Intuía que debía de empezar el día de forma positiva, por eso tomé el pequeño libro de Lao Tsé, “Tao Te Ching”, y copié los versos finales de una de sus estrofas. 



Después de pasar más de una semana con dolor y fiebre, e ir dos veces a urgencias del hospital en una misma semana, Dios mío, qué miedo me dan a veces los médicos de urgencias. Tengo la impresión de que se trata de un problema de comunicación. Porque yo sospechaba la causa y lo iba diciendo, aparte de que ya consta en mi historial. Sin embargo, tras realizar las pruebas necesarias, se fijan en un dato, se agarran a él y no puedes convencerles ni de las evidencias.



Doy gracias a todos los dioses porque al final dieron con el antibiótico adecuado para combatir la infección que me asolaba, y de momento estoy en fase de recuperación muy contenta leyendo la primera novela francesa de un escritor totalmente desconocido para mí: Agustín Gómez Arcos. 



La primera vez que oí hablar de este autor fue en un concierto que dio en la Cafetería Leo el músico A. L. Guillén. La otra noche volvió a actuar en la Leo recordando a este escritor almeriense, nacido en Enix: poeta, dramaturgo, traductor y novelista, premiado y censurado durante el franquismo, y como consecuencia de ello autoexiliado, primero en Londres, luego en París, donde llegó a adoptar la lengua francesa en la cual escribió todas sus novelas. 



Es increíble que la mayoría de los almerienses ignoremos por completo la existencia de este autor. Vino el profesor Pepe Heras y nos ilustró magníficamente sobre su vida y su obra, luego recitamos algunos poemas suyos, y como colofón Antonio L. Guillén nos deleitó con poemas musicados de Agustín, en ese estilo tan personal y ecléctico del que goza hasta rebosar. 



Como ya no pude salir más me busqué una película y al azar me topé con una joya de 1945, “Breve encuentro”, de David Lean, un romance dramático que supuso la primera obra maestra de este gran maestro. La volvería a ver una y otra vez. Seguramente esta noche me la ponga para culminar el día, después de meterme en vena los versos de esta mañana: “Porque el amor es victorioso en el ataque/ E invulnerable en la defensa/ Y nunca se verá destruido”.





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