Una interesante película sobre el fin del mundo en Navidad

En plena amenaza por la variante Ómicrom, nos llega una película apocalíptica notable aunque algo excéntrica, quizás, para el público estándar. La película comienza cuando una estudiante de astrofísica (Jennifer Lawrence) descubre un cometa. Junto a su profesor (Leonardo DiCaprio) descubren que el cometa se dirige a la Tierra y que su impacto provocará la inevitable extinción del planeta. 

“No mires arriba”, está narrada desde el punto de vista de los descubridores del cometa: un doctor con ataques de pánico que tendrá que hablar ante la Presidenta de los EE.UU. (Meryl Streep); y, por otro lado, tenemos a la talentosa Jennifer Lawrence, que representa a esa generación virtual actual, algo irreverente pero valiente si es necesario. Poco a poco irán descubriendo cómo una situación apocalíptica (como la que vivimos actualmente con la Covid-19) puede ser utilizada para el control de la ciudadanía y el enriquecimiento de unos pocos. En este sentido, la película aporta un aire de frescura y “pensamiento crítico” inesperado que se agradece. 

Vale la pena destacar las reflexiones que plantea sobre: la identidad (si un algoritmo puede o no decir quien “soy”), sobre el valor de la familia, sobre el perdón o, incluso, sobre la fe. El personaje de Timothée Chalamet (“Dune”), un joven evangélico de unos veinte seis años, aporta una reflexión sencilla y sin pretensión sobre la fe y Dios. Ante una película que parecía dominada por la crítica antisistema y la superficialidad de las relaciones humanas, este personaje otorga una dimensión imprevista.  

¿Tiene algún sentido estrenar películas apocalípticas en Navidad? Yo creo que sí. Como vemos en “No mires arriba”, muchas veces vivimos aletargados, dormidos; y la posibilidad de extinguirnos, pueden tener la función de “despertarnos” de esa anestesia. ¿De qué sirve el anuncio de la Navidad si no hay nadie escuchando?

En definitiva, una interesante película con cierto aire documental que nos hace reflexionar sobre el fin del mundo. Muy recomendable para aquellas personas que precisen de una “sacuda existencial” para recuperar el valor de lo sencillo y hermoso que nos rodea. No se la pierdan. Feliz Navidad.