Colegios con planes municipales a la carta

La colaboración Ayuntamiento-colegios públicos de Educación Infantil y Primaria es constante a través de las áreas de Servicios Municipales y de Cultura y Educación. Desde el inicio de la Corporación mantenemos conversaciones, encuentros y reuniones, las últimas telemáticas debido la pandemia, para mejorar la comunicación y, por tanto, la respuesta a las diferentes demandas de los centros. 

En este marco empieza el curso 2021-2022 y lo hace con la puesta a punto de la práctica totalidad de los 45 centros escolares públicos. Lo hacemos a través del Plan de Mantenimiento y Conservación que, con un presupuesto anual de 350.000 euros, permite ir resolviendo problemas puntuales, a la vez que hacer un diagnóstico previo y un calendario de actuaciones.

Hemos aprovechado los meses de junio y julio para acometer buena parte de estas mejoras en más de una docena de centros, seguiremos haciendo mejoras este mes de septiembre y continuaremos con el plan de mantenimiento intentando perturbar lo menos posible el día a día de los alumnos. Las mejoras comprenderán también el arreglo de pistas deportivas en aquellos centros que más lo necesiten. Una de las primeras en ser reparadas será la del CEIP Francisco de Goya, que ayer mismo era visitado por el alcalde en el inicio del curso académico.

Y si la comunicación es constante y fluida para asegurar un buen mantenimiento y conservación de los centros, aún lo es más en limpieza y desinfección. Cada centro tiene un plan a la carta para asegurar que la tarea se hace a la medida de las necesidades de cada colegio. Desde el Ayuntamiento mantenemos encuentros periódicos con la empresa adjudicataria del servicio de limpieza (FCC) y con cada uno de los directores de los centros para que sean ellos quienes nos indiquen qué necesidades tienen y poder cuadrar los horarios de los profesionales de la limpieza. Así, cada centro tiene su propio plan. Un plan que no es fijo, sino que puede ir modificándose en función de las circunstancias.

Se fijan necesidades, se evalúan conforme pasa el tiempo y se ajustan horarios y planes, siempre buscando que el curso se desarrolle en las mejores condiciones posibles en el espacio que, a partir de septiembre, se convierte en el segundo hogar de nuestros hijos, sobrinos o nietos.