A Pepa Balsells

“Josefa Balsells ha mirado por última vez ese despacho que era su fiel amigo”

Juan Antonio Cortés
07:00 • 11 sept. 2021

Cuando Pepa entró a trabajar, yo tenía 6 años, ETA dejaba regalos debajo de los coches, Tejero nos gastó una broma de muy mal gusto y Felipe preparaba los bonsáis por si acaso. En aquel tiempo aterrizó en la calle Navarro Rodrigo un tal José Miras Carrasco, exalcalde de Albox, el tipo que grabó la enorme catástrofe de las riadas del 73 con su tomavista.



Un día me dijo en la radio que pronto descubrió el talento de aquella guapa mujer y que intuía que iba a dejar su huella.



Y sí. Su huella son legajos, libros, revistas, periódicos, documentos que beben de la historia de Almería. Su huella es haber sido centinela y memoria de literatos, periodistas, investigadores, profesores.



Hoy, 40 años después, sin ETA, sin Felipe y sin Tejero, Josefa Balsells, directora de la Hemeroteca y el Archivo Provincial de la Diputación, ha cogido sus fotos sin prisas, ha vaciado su mesa de recuerdos sin ganas, ha olfateado con agrio sabor (por los rincones donde duermen los libros) ese único olor a páginas viejas que esconde el paso de la vida, ha abrazado a compañeros a los que ha visto más que a su marido, ha mirado por última vez ese despacho que era su fiel amigo y, con la felina observancia de una mujer inquieta, ha fichado por última vez.



No quiero irme, me decía. Esta es mi casa, insistía. Soy feliz, remarcaba, y podría seguir trabajando porque tengo ideas y ganas, experiencia y salud. Pero Pepa, la vecina de la radio, la creadora del mayor archivo de la provincia, la hacedora del mayor proceso de digitalización de documentos de Almería, debía decir hasta siempre.



Y lo ha hecho. Con una elegancia femenina desbordante. Con una dignidad humana ejemplar.



El presidente de la Diputación, Javier García, ha decidido que el archivo llevará el nombre de quien lo elevó y honró: Pepa.



Pepa, pues, no se jubilará nunca.


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