Almería, ciudad amiga de los animales

Una Ordenanza que protege el bienestar animal y con la que mejoramos en convivencia

Margarita Cobos
07:00 • 04 sept. 2021

El bienestar animal es uno de los aspectos que más importancia ha cobrado durante los últimos años y un concepto cada vez más relevante como parte de la conciencia social y de la política municipal. 



En esta dirección, el Ayuntamiento de Almería ha aprobado la nueva Ordenanza Municipal sobre Protección, Bienestar y Tenencia de Animales, que coloca a nuestra ciudad en primera línea en lo que a la protección del bienestar animal y a derechos animales se refiere. El texto es el resultado de un intenso trabajo para dotar al municipio de una normativa completa y actualizada que redunde en beneficio de todos, incluyendo en esta acepción a los animales.






Un documento muy completo, adaptado a la normativa autonómica, que viene a regular todo lo concerniente a tenencia de animales domésticos, realizado con la participación de colectivos, asociaciones animalistas, profesionales y técnicos municipales, acaparando además la unanimidad de los grupos políticos. A todos ellos hay que agradecer su aportación en un debate que ha sido intenso para el desarrollo de un texto con el que perseguimos garantizar el bienestar de todos los animales en nuestra ciudad.



La principal novedad de la ordenanza es la inclusión del Método CER (Captura-Esterilización-Retorno a su colonia de origen) para el control de la población de gatos ferales, una demanda social extendida cuya implementación será una realidad a partir de ahora. 



Además, hemos eliminado el concepto de Perros Potencialmente Peligrosos (PPP), prohibida la permanencia de animales en vehículos estacionados sin supervisión o su uso en actividades en las que pueda verse afectado. Se contempla en la Ordenanza también, en el objetivo de velar por su cumplimiento, la formación de la Policía Local, así como nuevas sanciones para los infractores que podrán ‘pagar’ con trabajos a la comunidad.



Queremos hacer de Almería una ciudad más amiga de los animales, abriendo edificios municipales a las mascotas o permitiendo, incluso, su entrada en el transporte urbano colectivo, siempre teniendo en cuenta el reglamento del servicio.



Voluntad política, participación y consenso nos llevan, en definitiva, a una Ordenanza que protege el bienestar animal y con la que mejoramos en convivencia.


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