Alcaldesa de Gijón

Dice la alcaldesa de Gijón que no habrá más feria taurina

Alberto Gutiérrez
07:00 • 04 sept. 2021

Dice la alcaldesa de Gijón que no habrá más feria taurina y a la señora le han caído palos a derecha, a izquierda y hasta en el mentón. Pero todo muy suave, porque ahora toca Afganistán, el barbudo talibán y sabe Dios qué más.



La edil es muy servil, pero a los taurinos ajo y agua, porque a ella, que es tan pancha, tan huraña y tan reacia, los toros no la atrapan. Y ha dicho que no hay derecho a un toro Feminista y otro Nigeriano, como si fueran un desecho o peor aún, ¡un despecho! Pero ella no comprende que en el ganadero no hay inquina ni tampoco es sibilina su maña para nombrar fieras. 



Victorino Martín le ha contestado por carta muy cortés y muy educado. Ahí que se fajado, el hijo del Paleto, ese hombre que era un sabio. Y ella no ha contestado. Ni siquiera ha amagado. Será que no ha visto a Morante o a Tomás ensayando un natural con aires de pedernal. No hay arte más bello que veinte pases en los medios ante un bicho embistiendo detrás de un trapo rojo a manos de un valeroso diestro.



Alcaldesa, ándese con tiento que los toros son del pueblo y la gente de Gijón paga con sudor impuestos, recibos, facturas, la luz, el gran lujo de este tiempo. Hay miles de personas viviendo de la dehesa, pero las van a dejar tiesas a poco que se den cuenta. Quíteles el pan mientras prohíbe a su antojo, como si fuéramos un despojo los aficionados al toro. Siga con su visión y su moral superior, diciéndonos qué es mejor, si el tofu o un chuletón. Para el presidente Sánchez ¡no hay discusión!, aunque quién sabe qué dirá mañana nuestro amado director.






Déjennos tranquilos a los aficionados a la Fiesta y dedíquese a los suyos, los vecinos de Gijón. Y voy terminando este texto no sin antes dedicarle este sentido deseo: visite una ganadería, hable con un matador, comprenda la ecología que anida en cualquier finca y vaya a los toros un día. Si no quiere hacer eso, que bien entendería, aparque entonces su celo y abra la plaza de nuevo. Y no se irrite tanto, que le va a dar una arritmia. Con todo afecto, desde Almería.





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