Estación y AVE

La llegada de la Alta Velocidad a Almería se ha convertido en un auténtico culebrón

Pedro Mena Enciso
07:00 • 29 jun. 2021

Queridos lectores: Escribo este artículo guiado por el alma de mi amigo Jesús Martínez Capel porque llega un momento en el que el desconcierto me invade y ya no sé ni qué escribir sobre unas cuestiones que se eternizan pues no se han producido avances significativos para el futuro de nuestra provincia tras décadas de promesas incumplidas. Por ejemplo, da vergüenza contemplar el hecho de que nuestra Estación del Ferrocarril, una de las más bellas de España y ejemplo del juego arquitectónico a base de  hierro y  cristal, todavía no esté considerada como Patrimonio a proteger y que, desde 1985, duerma en el cajón de la burocracia un expediente para declararla como BIC. Es decir, a día de hoy, es un edificio sin reconocimiento alguno. No digamos nada sobre el tema de los posibles usos o de la cesión de ADIF al Ayuntamiento que se dilata como siempre por culpa del choque de Administraciones que tanto daño ha provocado a Almería. Nuestra histórica Estación corre también el riesgo, producto de las obras relacionadas con el Soterramiento,  de quedar aislada y sin uso ferroviario.








Por otra parte, la llegada de la Alta Velocidad a Almería se ha convertido en un auténtico culebrón sujeto a vaivenes políticos y a una escasa voluntad de los distintos gobiernos centrales que han utilizado siempre las cuestiones relacionadas con el Tren en Almería de forma demagógica y populista. Ahora nos hablan de 2026-2028 para la definitiva llegada del AVE en el enésimo retraso, que no será el último, con lo que volvemos a la que ocurrió a finales del Siglo XIX cuando Almería se convertía en una de las últimas provincias en llegar el ferrocarril y gracias a intereses mineros. Además quedaremos desconectados de Andalucía vía Tren porque vendrá por el Mediterráneo desde Murcia a nuestra capital. Así, el resto de provincias andaluzas quedarán conectadas y nosotros pendientes de la construcción viaria con Granada. De todas formas ya estamos acostumbrados con el ejemplo de la autovía A-92 que no llegó a Almería hasta 2002, diez años después que a Granada. 








Otro problema es el relacionado con la financiación del Soterramiento de las vías desde la Avenida Mediterráneo a la Estación que debería estar incluido en los Presupuestos Generales del Estado y no a expensas del desarrollo urbanístico del Toblerone y los suelos liberados de las distintas parcelas y de los talleres de Renfe.




En cuanto a la conexión Tren-Puerto, vital para el futuro de Almería por las posibilidades económicas, de transporte y de movilidad sostenible que generaría, dudo mucho de que haya interés alguno por las distintas Administraciones.


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