La soledad de la felicidad

Beatriz Torres
23:49 • 27 ene. 2021 / actualizado a las 07:00 • 28 ene. 2021

Aparte de la maravillosa lluvia que nos regalaron los Reyes Magos durante dos días sin parar,  incluido el goce de estar escuchándola caer dulcemente hasta tres noches seguidas, los Reyes me  trajeron también dos libros estupendos. Los dos de Lucia Berlin. Me he enamorado de Lucia. Me entusiasman sus relatos. Desde que la conocí en “Manual para mujeres de la limpieza” me he  convertido en su fan. De momento estoy con “Una noche en el paraíso” y lo voy leyendo de un tirón con sumo placer. Sentía mucha curiosidad por el relato que da título al libro, sin embargo es el que menos me ha gustado por ahora.


Será porque en él escribe como una narradora omnisciente y yo estoy acostumbrada a sus narraciones, en general autobiográficas, en las que se descubre directamente quién es ella. Y eso en lugar de considerarlo aburrido por exceso de exhibición, lo hace más rico y profundo: es su alma al desnudo. Todas sus experiencias escritas a flor de piel de una manera clara y sencilla. 


Envidio la vida de esta escritora que vivió por diferentes lugares de América, del norte y del sur, del este y del oeste. Una vida llena de dificultades, pero también de saber saborear intensamente cada momento y vivirlo a tope. Una mujer extraordinaria



Es lo que me gustaría vivir a mí. Una mañana me despierto con el corazón encogido y necesito quedarme con el osito que duerme conmigo, pegado a mi pecho, apretándolo a mí. Pero luego bajo a desayunar y sentada en la mesa de la cocina experimento la soledad de la felicidad, aunque yo quería decir más bien la felicidad de la soledad, cuando estoy desayunando copos de avena con la radio encendida y recuerdo a todo el mundo que está en mi corazón y también a los que no están. 


Sigo aprendiendo a convivir con la soledad, la angustia y el desamor. Sin embargo esta mañana me he despertado feliz y esta es la diferencia: una paz absoluta, un silencio total, y el recuerdo del sueño recién soñado. 



Un abrazo fuerte y sincero de un ser humano desconocido para mí. Quién será. ¿Es mi deseo inconsciente? ¿Es mi necesidad real?




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