A la Cámara de Comercio le ha llegado nuevo y brioso presidente

Juan Torrijos
00:56 • 06 feb. 2020 / actualizado a las 07:00 • 06 feb. 2020

Dijo don Jerónimo hace unos días “me pone de muy mala leche el desdén con el que las administraciones tratan a Almería”. “Seguiremos siendo una mosca cojonera”. Lo de la mosca ya se lo había oído a otro líder empresarial. El nuevo jefe de la Cámara no ha necesitado pinturas de guerra en su cara, ni colocarse las plumas, montarse a caballo y marchar contra esas administraciones que con desdén tratan a nuestra provincia. Este Jerónimo nuestro se ha soltado la lengua, la ha sacado a pasear y le ha dicho a los políticos lo que otros, por aquello de lo políticamente correcto, no se han atrevido. Se pone de muy mala leche. Y cuando un hombre pequeño de estatura como él, hecho a sí mismo, sin deberle nada a nadie, se pone de muy mala leche, hay que echarse temblar. Me gusta, que quieren que les diga. Me alegra que haya llegado a la Cámara de Comercio un “Jerónimo” como “el Parra”, dispuesto si hace falta a levantar el hacha de guerra contra todas esas zancadillas que los políticos vienen poniendo en las ruedas de esta tierra. Y me encanta que se le agríe la leche ante ese desdén en el trato que recibe Almería. Don Jerónimo, que sus palabras no se queden solo en plumas de carnaval, que sus flechas no sean como las de Cupido y que el galope de su corcel lleve a la Cámara y Almería a ganar la carrera. No es fácil, lo sabemos. No le han dejado muy alto el pabellón y eso puede ser una ventaja, pero no se deje ganar por una medalla o un escudo político. Ellos lo intentarán, ya lo verá. El que lo consigan depende de usted y de su voluntad de luchar por su tierra y sus gentes. Si ganan ellos, si le llenan los oídos de halagos y el pecho de medallas, si consiguen sacarle esa mala leche ante el desdén que ahora pregona perderán Almería y los almerienses. Podrá estar cinco, diez años, veinte al frente de la Cámara, le dirán lo importante que ha sido su trabajo para el futuro de los ciudadanos, pero dejará de ser ese Jerónimo que viene no solo con ganas de trabajar, también de ilusionar a una provincia que viene viviendo desde hace décadas en manos de estos políticos que nos han tocado y de unos dirigentes que estos han ido colocando al frente de las independientes instituciones. Bienvenido, Jefe Jerónimo. Suyo, otro que se pone de muy mala leche ante el desdén que recibe Almería de los políticos.






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