Humor y música en Nochevieja

Javier Adolfo Iglesias
11:00 • 03 ene. 2020

Desde hace varios decenios y desde el siglo pasado, la música y el humor son fundamentales en las Nocheviejas televisivas españolas. En aquellos largos especiales de la  TVE de mi niñez aparecían Cassen, Tip y Coll, Pajares, Tony Leblanc o Esteso, cantando o parodiando. El gag del Coñac la Parra del coprotagonista de Los Bingueros lo estuve repitiendo toda aquella madrugada hasta caer rendido en la cama. Ya en los 80 reinaron Martes y Trece.


La pasada Nochevieja vivimos dos caras del humor actual en la España de los últimos años. Por un lado, el complejo, rico y profesional programa de José Mota, un viejuno. Y por otro el llamado “Cachitos de hierro y plomo”, superficial, inflado y narcisista producto de nuestro tiempo joven. 

El genial manchego ofreció una pieza de orfebrería del humor, trenzada de mil pasadizos interpretativos de nuestro tiempo. Irónico, ácido, tierno, paródico, crítico y profundo. En el futuro, si lo hubiera o hubiese, los historiadores tendrán que recurrir a los especiales de Nochevieja de Mota para conocer qué pasó durante la crisis con Zapatero, los recortes de Rajoy y el bloqueo político de Sánchez. Una de las ideas fundamentales de ‘Golpe de Gracia’ es que en este país falta humor. Y en este punto aparecen los Cachitos.  



Algunas personas necesitamos  como el comer el humor y la música, como la maravillosa de los Beatles que disfrutamos  el pasado domingo en el Teatro Cervantes. 


Tras acabar el programa de Mota llegó en la 2 otro que ha mutado desde sus inicios en 2013 de ser sencillamente un programa musical a ser un producto pseudocómico, o sea, falsamente cómico. 



 ‘Cachitos de hierro y plomo’. nació en 2013 como un programa que recuperaba imágenes del inmenso archivo videosonoro de TVEy hoy  se ha convertido en un engendro mutante.  


 El programa se ha hecho famoso en los últimos tres años, no por su variada música del pásado sino por sus comentarios a pie de video, sus rótulos. Sus cartelitos son tan ocurrente como el de “A Ortega Smith le gusta esto” que aparece mientras canta Manolo Escobar o el de “Este año ‘Porque te vas’ ha pegado muy fuerte en la sede de Ciudadanos”. Todos ellos aderezados de erratas y errores gramaticales. 



Es su forzado y solemne “encumbramiento” a categoría de   de sátira social  realizado ayer por varios diarios, entre otros El País, el que me ha soliviantado y motivado a escribir esto.  


Cachitos y su equipo es a la música lo que los activistas milenial a la política: la ignoran. Los mismos que creen que la Constitución fue una artimaña franquista son los mismos que se ríen del Maestro Ibarbia, Nuestro Pequeño Mundo o Peret sin comprender absolutamente nada. Ignoran modas, tendencias, lo que supuso la rumba, lo que significó la música disco, qué fueron esta canción o aquel cantante. Son del pasado. 


Cachitos ha hecho de la ocurrencia propia del twitter una tontada solemne. Nos debería ruborizar la seriedad con la que veo hablar a dos de sus principales guionistas, como si estuvieran diseñando la serie Los Soprano. Lo que molesta de esto no es el contenido concreto de cada rótulo, sino su falta de esfuerzo, su poco riesgo, algo que va más allá de la frivolidad. Llegó la Logse al humor.  “Adolfo Suárez es el de las dinastías ¿no?. Algo de eso”. Aprobado. 


Nunca ha habido más humoristas y menos sentido del humor en este país. Nacidos después de la Transición, los cómicos de hoy visten el mismo uniforme del puritanismo burlón postmoderno. Hacer humor para ellos es comentar, comentar comentarios, sobrevolar por encima de los hechos, mejor aun si son declaraciones, con suficiencia y narcisismo. Los monologuistas de hace diez años son hoy analistas políticos avejentados.


Se burlan de las mismas cosas: de los curas, del capitalismo, de los politicos que no les gustan, de los fachas, de España...pero pocos de estos se atreven a hacerlo en lo que creen y con lo que militan.  


Con ‘Cachitos de Hierro y Plomo’ pierden tanto el humor como la música. Me indigna y por eso me voy a consolarme con José Mota, donde se vuelven a  recomponer los dos ingredientes que tanto necesito. Durante su programa de Nochevieja, los cómicos golpistas proponen que ‘La Ramona’ sea el Himno de España. Asi sea. 


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