Desmontando coartadas

Antonio Hermosa
07:00 • 12 sept. 2019

La expectación sigue siendo elevada en la tercera sesión del juicio contra Ana Julia Quezada por la muerte del pequeño Gabriel Cruz Ramírez. La entrada del Palacio de Justicia de Almería continuó ayer estando ocupada por las cámaras de las televisiones que informan del desarrollo de la vista. Desde primera hora de la mañana hasta bien entrada la noche se suceden numerosas conexiones en directo para contar el día a día de este mediático juicio. Poco público en la calle o en la sala. Los ciudadanos han preferido seguir el caso a través de los medios de comunicación.


En la sesión del miércoles han intervenido alguno de los miembros de la Guardia Civil que participaron en la búsqueda y la investigación de la desaparición del pequeño. También se escuchó a un capitán de la Guardia Civil de Burgos, un policía local de Níjar y al trío del menor, hermano del padre.


Con su declaración, los agentes que realizaron la instrucción del caso, han desmontado la mayoría de la afirmaciones que el martes realizó la acusada. Ana Julia Quezada ha permanecido toda la sesión sentada junto a sus abogados, en el lugar destinado a los acusados. En esta ocasión, ha escuchado las distintas explicaciones sin reflejar en su cuerpo o en su rostro ningún sentimiento. En esta ocasión, no se vieron lágrimas. La acusada ha mirado directamente a los testigos que se sentaban en el centro de la sala y ha escuchado con mucha atención sus afirmaciones.



Primero, el capitán jefe de la Unidad Operativa de Policía Judicial de la Guardia Civil de Almería, entado en una silla de ruedas, debido a una desafortunada rotura de tibia y peroné, producida en acto de servicio durante una persecución de un presunto delincuente. Después le ha tocado el turno a su homólogo de Burgos, que ha descrito la relación de la acusada con esa provincia y los problemas que tuvo Ana Julia durante las tres relaciones sentimentales que protagonizó allí. A continuación, Francisco Cruz, tío de Gabriel, ha descrito el nerviosismo que Ana Julia presentó todos los días que duró la búsqueda del pequeño.


También han declarado un policía local de Níjar, amigo de los padres del niño, el instructor y el secretario de la investigación, que han sido tajantes al explicar cómo se desarrollaron las pesquisas.



Todos han coincidido en calificar a Ana Julia Quezada como una mujer fría y calculadora, interesada en buscar un beneficio económico en sus relaciones. Hoy continuará el juicio, y se sentarán en el banquillo más miembros de la Guardia Civil, integrantes de la Unidad Central Operativa, del Laboratorio Criminalista y del Servicio Cinológico.




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