Esta no es mi feria, alguien me la ha cambiado

Juan Martínez
07:00 • 18 ago. 2019

De nuevo en esta tierra bendita, donde si nacer es un privilegio, estar aquí, es ser afortunado. De nuevo en una feria que durante años, ha sido un ejemplo del bien hacer en Andalucía; por eso me duele tener que escribir en estos términos. 


Desde 1960, quien dirige esta pluma, ha presenciado – a excepción de los años setenta y setenta y uno, por razones militares – todas las ferias habidas en nuestra plaza; y les doy mi palabra de que no recuerdo una corrida más aburrida, con peores toros y con menos público. De los toreros, hablaremos después. 


En primer lugar, este año se plantea la dicotomía de si no hay público porque no dicen nada los carteles o si los carteles no dicen nada porque no va el público. Tiempos hubo en los que los aficionados dormían más de una noche en la acera del café Español para conseguir una entrada; hoy eso suena al cuaternario. Los aficionados me preguntaban a quién se le habría ocurrido incluir en una feria tan corta una corrida de rejones; sinceramente, no supe contestarle, aunque me lo imagino; y si es lo que me temo, no se debe hacer eso a esta afición. Si cada vez hay menos abonos, alguien tendrá la culpa. 



La ganadería de Torrestrella, otrora de las de elite, ha demostrado poco respeto por la afición de Almería al enviar esta moruchada, sin trapío alguno, mansa hasta el atardecer (apenas 5º y 6º se movieron) falta de fuerza y sobre todo, ¡descastada!; causando desazón a quienes conocimos a Don Álvaro Domecq; quien, sin duda, no hubiera dado lugar a esto. Hoy me he preguntado: ¿Dónde está la sangre de ‘Gitanito’, toro histórico indultado en Valencia por Dámaso González? En los astados de hoy, no queda ni rastro de ella. 


Los toreros, pues qué quieren que les diga:



Román, ni ha tenido toros para demostrar nada, ni tampoco era su día. 


David de Miranda, sin duda el que tuvo mejor lote, torea con sentimiento y llega hondo, pero necesita un toro que transmita y eso estaba a años luz de los moruchos que le han tocado en suerte, puede ser, pero de momento, no es. 



Y Luis David, tiene valor, pero ni es torero largo ni por supuesto de masas. 


Una corrida que ha transcurrido entre el no ser (esta no es mi feria); el poder ser (quizás David de Miranda) y el no poder ser (que Torrestrella, engañe a los aficionados).


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