Pacto… esa palabra

Rafael Martos
01:18 • 15 may. 2019 / actualizado a las 07:00 • 15 may. 2019

En las elecciones municipales de hace cuatro años, Ciudadanos lograba tres concejales en el Ayuntamiento de la capital almeriense, y pese a la orden dictada desde Madrid/Barcelona, Miguel Cazorla buscó y rebuscó posibles fórmulas que le permitieran acceder a la Alcaldía, a pesar de que tanto el PP como el PSOE tenían más ediles. Finalmente, como recordamos, se decantaron por investir a Luis Rogelio Rodríguez para, minutos después, pedirle que eligiera entre ser alcalde o senador, y acabó dimitiendo de lo primero.


Cazorla no renuncia a esa posibilidad ahora, y cuando estamos en una campaña dominada por las claves en que se sustentarían posibles pactos, esa idea no le parece nada desdeñable, así que cuando en una reciente entrevista le pregunté por si apoyaría al PP o al PSOE, su respuesta fue cuestionar en voz alta si ellos le investirían a él como alcalde.


Cogiendo ese órdago, le reformulé la pregunta, en el sentido de si metería en su equipo de Gobierno municipal a Vox



La contestación fue que se puede gobernar en minoría… pero claro, eso es si la minoría lo acepta, porque si no lo acepta, no te inviste ni te aprueba nada… bien lo sabe él tras no aprobarle los últimos presupuestos al PP, pero también lo sabe tras facilitar la elección de dos alcaldes del PP, y eso por no recordar su época en GIAL. Y si queremos otros ejemplos ahí está Pedro Sánchez, quien tras ganar una moción de censura y ser investido presidente del Gobierno, tuvo que adelantar elecciones porque no tenía apoyos para aprobar el presupuesto, y ahora podría gobernar en solitario si Podemos quiere… porque si Pablo Iglesias quiere, puede votarle en contra. Es cuestión de estrategias, y todas ellas las carga el Diablo aunque sus caminos, como los de Dios, son inescrutables.


Pero lo que hace que en esta campaña esa palabra resulte tan incómoda es Vox.  Si de algunos de sus candidatos es mejor no hablar, de su programa es que directamente no se puede hablar por no existir, y como tampoco dejan a los periodistas preguntar, pues listo, es lo que hay.



Como decía, es una campaña en la que la palabra más usada por los periodistas, y que menos gracia hace a los políticos, es “pacto”, que entre éstos últimos siempre acaba deformándose en “reparto”.




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