Carmen Crespo y la estrategia para desactivar a Vox en el Poniente

Pedro Manuel de La Cruz
07:00 • 10 feb. 2019 / actualizado a las 11:42 • 10 feb. 2019

Cuando hace unas semanas escribí sobre el diseño del poder en el PP tras la inesperada llegada de Moreno a San Telmo señalé a Gabriel Amat, Javier Aureliano, Carmen Crespo y Pablo Venzal como los integrantes del cuarteto que estaba obligado a escribir un nuevo pentagrama en el que los sonidos no los continuara escribiendo Sevilla, dejando para Almería solo los silencios. La única duda era saber sobre quién recaería la Consejería de Agricultura (nadie dudaba de que sería almeriense) y la incertidumbre se despejó días después situando en esa responsabilidad, tan importante para los intereses de la provincia, a Carmen Crespo. 


La elección de la hasta ahora portavoz parlamentaria estaba sostenida en argumentos de incuestionadas razones. Crespo conoce el sector porque es y viene de él, se sabe de memoria Andalucía tras sus años al frente de la delegación del Gobierno, la actividad parlamentaria es poco menos que el pasillo de su casa y su sentimiento de identificación con el presidente de la Junta está a prueba de primarias. Contaba Crespo con esos y otros argumentos, pero, más allá de ellos, hay uno en el que nadie ha reparado: su capacidad para frenar a Vox en el sector que más propicio le fue el 2 de diciembre.


El partido de Abascal cosechó entre los agricultores un resultado excelente como avala el 29 por ciento de los votos en El Ejido, 22,55 en Roquetas, 19,82 en Adra, 22,28 en La Mojonera y 24,28 en Vícar. Proyectar miméticamente estos resultados en unas elecciones municipales es un error; pero también lo sería ignorar que, en política, las olas no se detienen bruscamente y el PP sabe- y teme- el riesgo que corre si no pone medidas de contención. 



Carmen Crespo está llamada a ser una pieza estratégica en esa labor de contención y aminoramiento de futuros daños. Sabe que el voto a Vox en el Poniente ha estado inducido más (mucho más) por la emoción que por la razón y sabe, bien que sabe, que esa carga de emotividad enfadada se puede desactivar en buena parte si se trabaja con finezza el relato del sentido común que marca las elecciones municipales. 


Durante los años que dure la legislatura, Vox no va a gestionar ninguna decisión que influya en la cuenta de resultados de los agricultores que les han votado. Crespo sí y esa realidad se objetiva en los más de dos mil millones que gestiona su Consejería. ¿Lo entenderán así los miles de votos agrícolas que en diciembre fueron a las alforjas de Vox? Como canta Dylan la respuesta está en el viento; un viento que deberá ser alimentado por por el de los candidatos en esos municipios y la estrategia de seducción política de Carmen Crespo y de quienes le van a acompañar en la gestión autonómica en la provincia.



El conocimiento del candidato a alcalde, las calles por arreglar o los servicios públicos por crear o mejorar acaban ensombreciendo la arenga airada. Solo hay que trabajar con gestión y pedagogía para que aquellos que votaron atraídos por eslóganes vacíos camuflados en la bandera cambien de orilla y nadie hay mejor para esa travesía que quien capitanea la barca de sus intereses. Una navegación para la que deberá contar con el acierto en la elección de la persona que elija como responsable de su consejería en la provincia. Un perfil en el que sería aconsejable que el conocimiento y el sentimiento de pertenencia geográfica se impusiera al posicionamiento en las primarias o a la obligatoriedad de buscar acomodo salarial a quien se ha quedado sin el. Los partidos deben ser instrumentos para mejorar la realidad, no ´empresas´ de colocación. Riesgo este último que vale para la elección de los futuros delegados, tanto del PP como de Ciudadanos.   

Hasta ahora san Telmo solo ha nombrado a Maribel Sánchez como delegada del gobierno. Hay que esperar a los nuevos nombramientos por el PP y por Ciudadanos y no sé por qué (o sí, para qué les voy a engañar) tengo la intuición de que entre los nombres que aparecerán en el BOJA en las próximas semanas habrá una notable presencia femenina. Agricultura, Asuntos Sociales, Turismo, empleo, el puerto, el PITA, el consorcio de transportes, en fin, ya saben todos los que hasta ahora estaban en manos del PSOE son objeto de deseo para quienes están en expectativa de destino. 



Harían bien en afinar Amat, Crespo y Bosquet sus propuestas porque, de su acierto, dependerá la gestión de la ´nueva Junta´ en la provincia. Deberán elegir entre profesionales de la política sin mas mérito que la militancia remunerada, o profesionales en la política equipados de contrastada capacidad. 

De ellos es la decisión. Veremos. 



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