Curiosidades, preguntas y silencios

Los que somos conscientes de nuestras propias limitaciones, suplimos con frecuencia la falta de una inteligencia deslumbrante con una profunda curiosidad que, si bien no nos hace más listos, al menos entretiene lo suficiente como para no sufrir demasiado por ello.  Y debo confesar que desde hace unos días siento enormes curiosidades. Como sin duda recordarán -porque ellas y ellos bien que se preocupaban de difundirlo convenientemente- hace unos meses el Partido Socialista almeriense participaba masivamente y con ánimo reivindicativo en todas y cada una de las concentraciones, marchas, protestas y proclamas de la Mesa del Ferrocarril de Almería, ora sosteniendo las pancartas, ora prendiendo una velita, ora portando una corona fúnebre, ora fundiendo las pilas de los megáfonos lamentando el abandono ferroviario de Almería, etcétera. Todo eso está documentado y tiene poco secreto. Lo que despierta cierta duda, y de ahí las curiosidades que les comentaba un poco más arriba, es conocer las razones por las que, coincidiendo con la llegada del PSOE al Gobierno de España, los socialistas almerienses han dejado de protestar por la birria de trenes que tenemos en Almería. Incluso han abandonado a la Mesa del Ferrocarril, a la que antes pagaban viajes a Bruselas, arrojándola con su espantá a un ridículo callejero sólo comparable al inmortal petardo de Cagancho en la plaza de Almagro. ¿Por qué antes sí y ahora no? Admito que para esto debe haber una respuesta fácilmente extraíble en conceptos como el apocamiento, la sumisión o el sectarismo. Y eso, sinceramente, me importa poco. Lo que sí me importa y despierta mi curiosidad es saber las razones por las que la prensa almeriense no ha sido aún capaz de trasladar al PSOE almeriense esa sencillísima pregunta -¿por qué antes sí y ahora no?- que sin duda ofrecería esclarecedoras repuestas. Y quizás ustedes no alberguen duda de qué es lo que pasa, pero yo me resisto a pensarlo.