¿Por qué los vecinos tienen que pagar 16 millones de euros?

Juan Torrijos
00:30 • 16 may. 2018

¿Por qué los señores jueces no van contra los responsables políticos que dieron y votaron a favor de la licencia de construcción en el pleno municipal y son ellos que abonen la multa final de 16 millones de euros que cae sobre la espalda de unos vecinos que no tienen culpa de nada? Es vergonzoso que las irregularidades, las meteduras de pata y las atrocidades cometidas por los políticos tengan que ser dirimidas al final por los ciudadanos. Estos, la única culpa que tienen es haberles votado, si se pasan de chulos, si se creen los dueños del cortijo, si por el forro de sus caprichos se pasan las leyes, no entiendo que tengan que ser los ciudadanos de Cuevas los que tengan que pagar las culpas de estos concejales. Dice el actual alcalde socialista  van a luchar hasta el final ¡muy bien! pero al final, lo veremos, tendrán que ser los vecinos los que pongan a través de sus impuestos los millones en cuestión. 16 por cien viviendas. Algún día llegará sentencia del Algarrobico, y mucho me temo que al final, siempre al final, sean los ciudadanos los que tengan que soportar una sentencia que puede pasar de los cien millones de euros. Recuerdo a Rosalía Martín cuando manifestaba que su partido, Izquierda Unida, iba a pedir que los gastos derivados del derribo y demás componendas la pagaran los responsables políticos que le dieron las bendiciones al hotel. Me parece que hoy está olvidada la cuestión y que serán nuestros bolsillos los que tengan que acudir a través de los dineros públicos, que no tiene dueño, según la señora Calvo, a pagar los trastos rotos por los políticos en el Algarrobico. Unos del PP, otros del PSOE, pero a la hora de pagar sus meteduras de patas, siempre buscan la misma bolsa, la nuestra. ¿Y ellos? No tienen ninguna responsabilidad. ¿Aseguran que la corporación no la tiene? Y lo que es peor, ni siquiera se la piden los jueces, que es lo que ya clama al cielo del esperpento. Es la ley, dicen, y la responsabilidad recae en el ayuntamiento. Debieron pensar los legisladores que los ediles eran más bien tontitos y que no se les podía hacer responsables de sus actos. ¡Pobres míos!

Manifestaba el entonces alcalde, Jesús Caicedo, que se ponía a disposición del actual para ayudar en todo lo posible. Lo debió pensar entonces, al dar la licencia.






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